Déjenme compartir con ustedes un par de pensamientos de la
palabra del Señor. Cuando yo he podido he estado dedicándole tiempo a la
epístola del Apóstol Santiago y de ahí estoy extrayendo algunas meditaciones,
por qué no vamos al primer capítulo de Santiago. A veces pasa tanto tiempo
entre una meditación y otro que uno no se recuerda mucho de lo que se estudió
la ocasión previa, pero yo les voy a recordar eso. Y siempre hay un mensaje que
nos podemos llevar a nuestros hogares.
Lo que hemos estado viendo en esta epístola de Santiago, él
comenzó hablando de la sabiduría que viene de Dios y que si necesitamos
sabiduría se la pidamos al Señor. Y entonces hablamos de las pruebas, de cómo
las pruebas Dios las usa muchas veces para fortalecernos y mostrarnos su amor y
tratar con nosotros y formarnos, quebrantarnos e impartir nosotros el carácter
de Cristo. En la vida de los hijos de Dios vienen pruebas porque estamos en un
mundo deformado y caído. Nosotros estamos en un mundo que dice que el príncipe
de este mundo es Satanás.
Hay poderes en esta tierra que lo único que ellos desean es
matar, robar y destruir, dice la palabra. Y es un mundo penetrado por el
pecado, es un mundo distorsionado por cosas negativas y es como si uno viviera
en una selva llena de fieras alrededor de uno. O piense en una ciudad que ha
sido bombardeada y está llena de cráteres y edificios destruidos y este es el
mundo en que nosotros vivimos. Es un mundo precioso, bello pero también
siniestro y terrible. Y el poder de Dios se manifiesta en el mundo pero también
con limitaciones porque el pecado limita la mano de Dios.
No es que Dios no pudiera si él no quisiera convertir el
mundo en un instante en algo perfecto, pero Dios brega a través de la libertad
humana, el libre albedrío. Dios no puede forzar al hombre, a quién él le dio
señorío sobre la tierra, a hacer su voluntad. Dios tiene que obrar a través de
la voluntad de los hombres que decidan aceptarlos, recibirlo y eso es lo que
hace su iglesia. Ese segmento de toda la humanidad que está aquí en la tierra
representando la voluntad de Dios, acatando la voluntad de Dios y manteniendo
este mundo que no se despedace y no se rompa en pedazos. La iglesia de Cristo
es la defensa que tiene la humanidad contra estos poderes demoníacos que
quieren destruir el mundo.
Pero la verdad es que es una guerra, es una guerra la que
hay en el mundo entre el poder de Dios que se limita por el respeto que Dios le
tiene a una humanidad, que le ha entregado en un sentido el señorío a Satanás,
y ese poder demoníaco, satánico que se sirve con la cuchara grande en medio de
este mundo. Entonces la gente a veces pregunta, por qué Dios si es tan bueno y
tan poderoso permite que pase esto o pase lo otro? Bueno, Dios tiene sus
limitaciones, no en sí mismo, porque él no tiene ningún límite en sí mismo,
pero en términos de su relación con la humanidad y la libertad que la humanidad
le da para manifestar su poder en el mundo.
Yo digo esto para que entendamos cuando pasan cosas
terribles, uno se pregunta, por qué si Dios es tan bueno y tan misericordioso?
Dios tiene sus limitaciones, y repito, no es que él esté limitado, pero piense
en un padre que tiene un hijo ya adulto y ese hijo persiste en hacer cosas que
son contra su daño, y ese padre trata todo lo posible de defender a su hijo,
pero ese padre no puede coger a ese muchacho y meterlo en la casa, y trancarlo
en un cuarto, porque ya es un adulto, ya tiene que darle libertad. No puede
amarrarlo a la pata de una mesa y darle comida cuando llega del trabajo. Tiene
que dejarlo libre y ese joven o esa joven va a hacer cosas, y el dolor del
padre… el padre quizás podría meterlo en una cárcel o lo que sea, pero no lo
hace. Por qué? Qué pasa? Cuando un niño tiene 4 años, 5 años, usted lo
controla, pero cuando ya ha crecido usted tiene razonar con él más bien y usar
otros medios.
Y así pasa con Dios. La humanidad es como ese hijo ya adulto
que tiene su libertad. Dios se la ha dado esa libertad. Dios dice, “hijo,
déjame cubrirte, déjame protegerte,” pero la humanidad persiste en alejarse de
la protección divina. Y entonces por eso pasan las cosas que pasan en medio de
la historia.
Ahora sabemos que Dios un día le va a poner fin a todo eso y
ya cuando él haya cumplido sus propósitos, entonces viene el fin y vienen ya
cielos nuevos, tierra nueva, un sistema nuevo. Pero será en el tiempo en que ya
Dios haya determinado, mientras tanto estamos en medio de esa lucha, esa
guerra.
Y en esa guerra muchas veces hay víctimas, hay casualties,
como dicen en inglés. En una guerra a veces son los soldados los que perecen y
a veces son los civiles los que perecen, y por eso es que nosotros tenemos que
entender que mientras estemos en este mundo, cualquier cosa puede suceder. Y
eso no quiere decir que Dios nos ame menos o que Dios sea menos misericordioso,
lo bueno es que nosotros, los hijos de Dios, tenemos una carta final que nos
podemos jugar, y es que sabemos que si nos vamos, nos vamos con Dios. Este
mundo es un mundo pasajero.
Dice la Biblia que tiempo y ocasión le acontecen a todos, la
persona más fiel y más noble y más amada por Dios le pueden pasar cosas
terribles. Pero sabemos que si morimos para él morimos, si vivimos para él
vivimos. Sea que muramos que vivamos, del Señor somos. Este mundo es algo
puramente ficticio y pasajero comparado con la eternidad.
Eso lo digo porque hemos experimentado en estos días una
pérdida tan grande como esa y otras pérdidas y eso para que ustedes se
fortalezcan. El Apóstol Santiago, la carta de Santiago es una carta muy
pastoral. Es escrita por un hombre que tiene un ojo como de pastor y que le
está escribiendo esta carta aconsejando, dando consejos bien sencillos, comida
casera, arroz con frijoles y tortilla y carne básica. Pero es comida bien
nutritiva.
La carta de Santiago no es una carta compleja, teológica, profunda,
abarcadora como es por ejemplo, la carta a los romanos, que es una carta muy,
muy compleja. Es una carta más bien a ras del suelo, básica. Entonces, él habla
de cosas como por ejemplo, de nuevo, las pruebas, lo importante que es tener
nuestra fe en eso. Él habla acerca de la importancia que si le pedimos al Señor
sabiduría, se la pidamos con fe, creyendo; la importancia de orar con fe.
Luego habla acerca de las pruebas, que dice que el varón que
soporta las pruebas que Dios le dará la corona de la vida al final. Y entonces
él entra en un tiempo, recuerda que hablamos de cuando alguien es tentado, no
diga que fue Dios que lo tentó, sino que nosotros mismos, cuando nuestras
propias pasiones internas y debilidades, inclinaciones que tenemos, cuando eso
interactúa con la tentación, es donde viene el pecado.
Entonces, hablamos acerca de eso, yo lo llamo una
radiografía del pecado y cómo es que suceden esas cosas, por qué se dan las
cosas que se dan en la vida, aún de los hijos de Dios, cuando caemos en esas
cosas.
Cuando él termina eso, en el versículo 15, donde habla de
que la concupiscencia después que fue que ha concebido, da a luz el pecado y el
pecado siendo consumado da a luz la muerte, él entra en el versículo 16 en otro
tema. Y a veces uno se pregunta, bueno, cuál es la relación, cuál es la
conexión que hay entre un tema y el otro? Porque Santiago a veces salta de una
cosa a la otra y parecería como que no hay conexión, que es como simplemente un
collar de perlas con diferentes consejos pegados uno al otro, pero que cada
perla es separada de la otra, pero no. hay una lógica secreta pero muy fuerte
en la manera en que el Espíritu Santo dirige a Santiago en su razonamiento y
cómo es que él va de un pensamiento al otro, al otro.
Es como todo, dirigido por el Espíritu Santo todo tiene
coherencia, todo tiene sentido y todo tiene relación. Entonces, yo siempre me
pregunto en la Biblia, por qué sigue esto? A la luz de lo que está antes y a la
luz de lo que viene después. Por qué un tema, qué secreta conexión hay en la
mente del espíritu para unir estos diferentes pensamientos?
Entonces yo me pregunté cuando yo leo en el versículo 16,
después de él hablar, por ejemplo, de la tentación y cómo se da y cómo es el
pecado y todo esto, entonces él dice, “amados hermanos míos, no erréis, es
decir, no se equivoquen, toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo
alto, del Padre de las luces…”
Quién es el Padre de las luces, de paso? Dios ¿verdad?
“…Viene del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza…” Eso no quiere decir
que Dios se muda de una casa a la otra, de paso. Qué quiere decir que no hay
mudanza? No hay cambio, no hay variación, Dios siempre es el mismo, su carácter
siempre igual.
Así como él fue hace mil años, diez mil años, cien mil años,
es igualito. Él nunca ha cambiado. Dios nunca aprende nada. Saben ustedes que
Dios no aprende? Por qué Dios no aprende? Porque él lo sabe todo. Es decir, no
hay nada que se le pueda enseñar a Dios, no hay nada que él pueda decir, “oh,
me arrepiento de haber hecho esto. Ahora soy más maduro.” Dios siempre es
igual.
Dice, “no hay mudanza, ni sombra, ni siquiera sombra de
cambio, de variación. Él de su voluntad nos hizo nacer por la palabra de verdad
para que seamos primicia de sus criaturas.”
Entonces uno se pregunta, después de Pablo, Santiago hablar
acerca de todos estos temas, por qué dice entonces, amados míos no se
equivoquen, toda buena dádiva, todo don perfecto viene de lo alto. Qué conexión
hay? Si usted mira es la siguiente, si usted mira en el versículo 13, cuando él
dice, “si alguno es tentado no diga que Dios lo tentó…” Lo que está diciendo
es, no le imputen a Dios como malicia, porque si Dios nos tentara para que
cayéramos, eso quiere decir, como que Dios tiene algo en contra de nosotros,
como que Dios está metiendo una zancadilla para que pequemos. Dios es un Dios
bueno. Dios es perfecto, su carácter. Dios nunca va a hacer que un hombre, una
mujer caiga y que entonces sea condenado o experimente. No.
Santiago está como defendiendo el carácter de Dios y está
diciendo, Dios nunca es el causante de un pecado. Entonces, él desarrolla ese
tema en los siguiente versículos y en el versículo 16 vuelve al tema ese que
sugirió en el versículo 13 y lo refuerza. Dice, entonces a la luz de eso, de
que no es Dios quien peca, haciendo pecar a la gente, sino que somos nosotros
mismos los que nos equivocamos y erramos, así que hermanos, que nadie se
equivoque al respecto, porque Dios en vez de dar cosas malas y tentaciones y
dificultades para que la gente peque, lo único que Dios da es buenas cosas.
Dice, “toda buena dádiva…” Dios no es el origen de maldad o
de pecado o de tentaciones en el hombre. No, lo único que Dios sabe dar es
bendición y buenas cosas. Dios es más bien generoso. Ve la conexión? Él se fue
por otro lado desarrollando el tema del pecado y cómo es que se da, pero vuelve
otra vez a lo que originalmente lo llevó allí que fue decir, no digan que Dios
es el origen.
Es como cuando la gente a veces tienen un choque, por
ejemplo, se emborrachan y van a una discoteca y después de la discoteca
borrachos se montan en el carro, bum, se estrellan contra otro carro, se rompen
4 costillas y una pierna. Dice, “Ah, por qué Dios permitió que eso se diera?”
No fue Dios, fuiste tu.
Entonces, es la misma idea aquí. Dios no es quien nos
condena y nos castiga. No. lo único que Dios sabe dar es buenas cosas. Ese es
su carácter, por eso que Santiago está diciendo aquí, no se equivoquen, no
vengan diciendo que Dios hizo esto, que Dios es culpable de aquello, lo otro.
No. Dios es un Dios bueno y todo lo bueno que hay en tu vida, viene de él. Por
eso es que nosotros siempre tenemos que ser agradecidos.
Déjenme decirle un detalle. Dios es tan bueno conmigo, es
tan misericordioso, que él me da las cosas más sencillas en mi vida. Siempre ha
sido así. Y a veces yo veo cosas tan minuciosas que él hace conmigo, digo,
“Padre, tu eres tan generoso conmigo.” Déjenme compartir un detalle bien íntimo
en este momento.
Este jacket que yo tengo puesto, pensaba ir a mi casa de
regreso en la tarde y prepararme y venir al servicio, pero por diferentes razones
no me fue posible. Me tuve que quedar todo el día aquí. Y no estaba vestido, a
mí me gusta siempre ponerme aunque sea algo más representativo. Lo que tenía
era la camisa y el pantalón que está bien, no es que uno esté tampoco… pero
este jacket se me olvidó como hace dos, tres días, y no me había dado cuenta
que estaba ahí en la oficina y lo vi esta tarde y me lo puse. Y cuando estaba
ahí sentado fue como que Dios me acordó, me sentía mucho más cómodo con este
jacket puesto. Le dije, “Señor, me hiciste olvidar, que se me olvidara el
jacket.” A mí nunca se me olvida, para yo tenerlo para poder estar hoy en el
servicio aquí.
Ahora, usted podrá pensar, no, eso es tontería. Pero no,
primero Dios me lo acordó mientras yo estaba orando allí y me dijo, “no, ese
detallito era para ti.” Así es que yo estoy acostumbrado a ver, hermanos, yo
vivo como si Dios estuviera sentado al lado mío, parado al lado mío siempre, y
veo su mano de misericordia en las cosas más sencillas y tontas. Los antojos de
mi corazón, Dios me los da. Eso es así.
La Biblia dice, “deléitate en Jehová y él te concederá las
peticiones de tu corazón…” y a través de mi vida yo he visto cómo Dios es tan
detallista en las cosas que me ha dado. Ahora yo digo eso, me pongo a mí en el
lugar, no para nada, sino simplemente para decirles que Dios hace lo mismo en
tu vida y puede hacer lo mismo conforme a tu fe.
Lo único que tu tienes que hacer es creer en ese Dios que no
se duerme ni se adormece, dice la Biblia. Nosotros no recibimos más de Dios
porque no creemos así. Pero si usted se levanta por la mañana creyendo, Dios va
conmigo, y Dios me ama y tiene su ojo puesto sobre mi vida, mis hijos, mi
salud, mi destino, mi carrera, mi vejez, mi trabajo, y si tu vives así,
cultivando ese sentido de la cercanía y el amor y el cuidado puntilloso de Dios
sobre tu vida, eso es lo que tu vas a recibir. Lo que pasa es que muchos de nosotros
dudamos, no nos atrevemos a creer que Dios puede ser tan cuidadoso con
nosotros.
Entonces nuestra fe no activa el mover detallado de Dios en
nuestras vidas. Pero en la medida en que nosotros nos alertamos y somos capaces
de creer que no, que Dios es tan detallista que él se puede preocupar de los
detalles más pequeños de mi vida, los anhelos de mi corazón, las luchas
secretas que yo tengo, y Dios puede ser tan detallista como darte una camisa
que es del color exacto que tu la quieres, porque él no solamente se preocupa
por el mover de las galaxias y de los universos, él se preocupa por las cosas
pequeñas de tu vida.
Dice que él tiene cuidado de las aves, una hoja, dice, no
cae de un árbol si él no primero da su palabra. Él está consciente de todo.
Mira, yo no iba en esa dirección esta noche, pero ahí es dónde Dios me ha
enfocado, en esa palabra en particular, de que toda buena dádiva, todo don
perfecto viene del Padre de las luces, y que tu enfócate siempre en la
misericordia de Dios, en el cuidado atento, sencillo, detallista del Señor.
Dios te ama más de lo que tu piensas. Y cuando nosotros
pensamos en eso, de nuevo, eso nos mueve a ser agradecidos, primero. Cuando tu
estás tomando ese cafecito negro, por la mañana, con un poquito de azúcar
parda, no azúcar blanca, sino azúcar de esos granitos grandes, y tu se lo echas
allí, ese primer sorbito de café que tu te das, que tu sientes que te sube por
el cerebro enseguida y te abre los ojos, sobre todo si lo moliste esa misma
mañana. Dale a gracias a Dios por eso. Y que tu gratitud se exprese, no, sí,
qué bueno es este café. No, di, “Señor, gracias porque yo puedo disfrutar de
esa tacita de café.”
Tenemos que ser agradecidos. El Apóstol Pablo dice, “y sed
agradecidos,” dice. La gratitud es algo muy especial, y tu tienes que conectar
todo lo bueno que pasa en tu vida a la misericordia, el amor, la bondad de
Dios, y siempre decirle, “Señor, gracias. Gracias por ese placer.” Como yo le
di gracias Señor por esta chaqueta que no es nada, pero es un detalle que Dios
tiene para conmigo y Dios me lo quiso recordar, decirme, “Yo te amo tanto que
me preocupé por ese detallito. Yo no soy tan grande ni tan importante que no me
pueda preocupar por eso que a ti te interesa tener.”
Gratitud. Otra cosa que nosotros tenemos, cuando pensamos en
la bondad de Dios y su generosidad, es eso de no temer tampoco, no vivir con
ansiedad, aunque yo les digo eso y yo lucho muchas veces con la incertidumbre,
todos luchamos. Pero yo siempre recuerdo la voz de Dios que me dice, no te afanes.
La Biblia dice, “por nada estéis afanosos sino más bien sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias.”
Y por eso es que el Señor Jesucristo también dijo una famosa
expresión, “no tengan cuidado del día de mañana, qué comeréis o qué beberéis,
porque cada día trae su propio afán. Piensen en las aves, que ni trabajan ni
hilan, y piensen en los lirios del valle que no hacen nada productivo y sin
embargo ni Salomón se vistió como una de ellas.”
Mire la belleza de una rosa o una flor, no hay tela humana
por más delicada y exquisita que sea que se pueda comparar con la textura de un
lirio o una rosa, o una de esas flores exquisitas, una orquídea. No hay nada.
Sin embargo las flores qué hacen? Puramente silbar y ser bonitas, eso es todo,
no producen nada, no dan comida ni siquiera, nada, simplemente ser bonitas y
Dios las viste de esa manera.
El Señor estaba siendo poético eso es todo. Pero si usted
piensa es algo… mira, si él preocupa por una avecita que no vale casi nada y
que se mueren continuamente y nacen otras, son tan frágiles y Dios les da su
comida, tu que eres la corona, la cúspide de su creación, que vales un millón,
un billón de aves, cómo no se va a preocupar Dios de ti? Así que no sufras, no
te cargues con ansiedad acerca del futuro. Y eso es lo que a mí me mantiene,
porque sino yo estaría neurótico ya, hace tiempo estaría en un sanatorio.
Mi preocupación solamente llega a cierto nivel y ahí hay una
tapa que es la tapa de la palabra del Señor, que dice, no te vayas más de allí.
Yo sé, dice el Señor, que tu eres un ser humano, te vas a preocupar, pero a la
misma vez no te excedas demasiados porque sabe que al final de cuentas, yo
tengo cuidado de ti y yo te amo y sé lo que tu necesitas.
Entonces, yo creo que eso… el saber el Dios tan bueno que
nosotros tenemos, nos debe llevar a ser agradecidos y nos debe llevar también a
no afanarnos, no estar ansiosos, porque Dios tiene cuidado de nosotros y Dios
se preocupa por nuestras necesidades.
Y yo creo que lo tercero es que no solamente tenemos que ser
agradecidos, tener paz en nuestros corazones, sino también yo creo que amar a
Dios por sobre todas las cosas, porque qué bueno es Dios con nosotros. Cómo
puedo yo ponerle límite a Dios? Si él me pide algo, yo le tengo que dar lo que
él me pida, lo que él le dé la gana porque todo lo que yo tengo es de él, viene
de él. Yo tengo que vivir agradecido y consagrado a él, sirviéndolo y haciendo
todo lo que él me pida porque todo lo que yo tengo es de él, viene de él, así
que cómo puedo yo decirle, ‘No, Señor, esto es mío, no te lo puedo dar. Mi
carrera, mi privacidad, mi sueño, mi descanso, mi cuerpo, mis relaciones
humanas, mis sueños.’ Eso es todo de él, si viene de él. Todo lo bueno que haya
en ti, tus estudios, tus talentos, tu casa, tu familia, tu salud, todo viene de
él y pertenece a él. Por lo tanto, lo único que tu haces es que le devuelves a
él lo que él te ha dado.
Por eso David dice, “de lo recibido te damos.” Y esa es la
base de toda generosidad para con Dios. El hecho de que tu reconoces de que
todo lo que tu tienes viene de él. Y por lo tanto, lo que tu estás haciendo es
simplemente devolviéndole un poquito de lo mucho que él te da a ti.
Yo creo que los hijos de Dios tenemos que ser agradecidos,
tener paz en nuestros corazones, ser muy generosos con Dios y con su Reino,
porque sabemos que todo lo que tenemos…
Y yo diría, una cuarta cosa, simplemente que de donde vino
eso también hay más que viene. Y por lo tanto eso quiere decir que tu puedes
ser generoso con Dios porque el caudal de bendiciones de Dios es ilimitado.
Dios no tiene límite, te dio ayer y te dará mañana. Y mientras tu más das, más
recibes. Esa es la clave de la vida cristiana. Cuando tu entiendes eso, que tu
estás conectado directamente al caudal ilimitado de la gracia y la abundancia y
la provisión de Dios, tu puedes ser generoso porque viene más.
La gente agarra y aguanta y acumula creyendo que si yo me
deshago de esto se me va a ir y ya no hay más. Pero es que Dios es ilimitado.
Cuando un hombre o una mujer vive en la gracia y en la misericordia de Dios y
en la voluntad de Dios, no hay límites. Puedes estar confiado, puede ser
generoso, puede perdonar, puede amar, puede compartir porque así como vino
viene más.
Termino con esa ilustración. Hace años atrás yo les dije una
vez que hay veces… yo originalmente escribía mis sermones y páginas y páginas
de notas antes de pararme aquí a predicar. Después con el tiempo, Dios me dio
más libertad y más soltura y de hecho yo tengo una caja llena, dos cajas llenas
de sermones en mi casa, a través de los años imagínense. Y yo cuando comencé a
almacenar esos sermones, mis notas, yo decía, bueno, allí llegará un día en que
ya no voy a tener que escribir más sermones ni hacer más notas, yo simplemente
voy a sacar de allí y voy a viajar en coche entonces, bien suave, porque ya
tengo mis sermones escritos y simplemente lo que hago es sacar de allí.
Entonces llegó el tiempo en que ya yo no… Dios me dio la
libertad para depender más de él. Me preparo pero muchas veces Dios me cambia
el sermón o me da otra cosa y hubo tiempos en que yo, cuando predicaba un
sermón sin tener las notas, decía, qué desperdicio, caramba. Debí haber
anotado, escrito esos pensamientos porque ahora ya se me perdieron. Y saben lo
que Dios me dijo? Una vez me dijo, “No te preocupes que de donde vino eso hay
más todavía. Es decir, el que te dio ese mensaje te puede dar mil mensajes más.
Así que no te apures por estarlos guardando y preservando y escribiendo, si mi
sabiduría es ilimitada. Yo tengo sermones y sermones y temas para ti que eso no
hay límite. Confía en mí. Simplemente mantente cerca de mí y recibe y escucha.
Prepárate y entonces tu vas a estar conectado a mi sabiduría que no tiene
límite, y siempre vas a tener sabiduría para predicar muchas cosas.”
Digo eso como ilustración de que así puede ser con todo lo
demás, con el dinero, con el perdón, con la gracia, la misericordia, la
tolerancia para con los demás. Da, sé generoso. Yo siempre he dicho que la
clave a la felicidad es ser tan generoso como tu Padre Celestial, a la medida
tuya, evidentemente, de humano, pero yo he aprendido que mientras más generoso
un hombre, una mujer es, más dadivoso, más feliz es y más tiene y más recibe.
Sabe cuáles son los que sufren? Los mezquinos, los
miserables, los que cuando le hacen algo guardan esa deuda hasta que no se la
pagan, no sueltan a la persona. El que me la hizo me la paga. Y cuando alguien
comete un error, ahí están listos para criticarlos y azotarlos en la casa o en
la amistad o lo que sea.
Ahora el hombre, la mujer de Dios que está pegado a la
generosidad del Padre, es una persona dadivosa, bondadosa, generosa,
perdonadora, que da y lo ofenden y como si nada. Que cuando hay necesidad que
alguien ve, un hermano esta en aprieto, ayuda y bendice. No está guardando el
dinero y diciendo, ‘Esto es para…’
No, el hijo de Dios, la hija de Dios es una persona
desprendida. Por qué? Porque sabe que está pegado a la generosidad del Padre.
Les dice alguien que yo he visto la mano, la provisión de Dios y por eso muchas
veces… está uno que a veces… No, yo creo que tenemos que ahorrar, tenemos que
pensar en el futuro, tenemos que pensar en la vejez, todo eso es bien
importante. Pero en mi vida, Dios me ha dado libertad para no preocuparme tanto
por estar ahí almacenando, para una vejez que quizás nunca llegue. No, eso es
para el que tiene fe, vivir en esa manera.
La mayoría de los seres humanos yo creo que tienen que vivir
a otro nivel y está bien. Pero si Dios nos da la capacidad para vivir la vida
despegados… y yo les digo, que yo he visto la mano, la misericordia, la bondad
de Dios y yo quisiera contagiarle a toda mi iglesia para que viviera ese nivel,
porque no hay forma más bella de vivir, y más bendecida, y más próspera que
dando, dando, dando y dejando entonces que Dios te supla y ver su mano de
misericordia prosperarte y bendecirte, más allá de lo que tu te imaginas.
Yo creo que ahí es donde el Señor me detuvo, porque yo tenía
otras cosas que iba a tratar. Esos versículos, amados míos, no se equivoquen
porque toda buena cosa, todo don perfecto viene de lo Alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación. Dios ha sido generoso,
es generoso y será generoso hasta el fin del mundo. Y cuando entremos en la
eternidad entonces vamos a ver la generosidad de Dios. Ahí es que vamos a saber
lo bueno que es nuestro Dios.
Hermanos, vivamos entonces en esa consciencia del carácter
generoso, bondadoso, dadivoso, detallista de Dios. Préñate ahora mismo con esa
sensación y ese sentido del Dios que te añoña, como dicen los dominicanos,
decimos. Añoñar quiere decir, los guatemaltecos dicen chinear, el Dios que te…
cuál es otra palabra? Qué otra palabra tienen ustedes en su idioma? Te mima,
esa es una palabra más universal. Ese es el Dios que tu tienes, un Dios que te
carga en sus brazos, por más viejo que tu seas, más grande, Dios te puede tomar
en su brazo y te mima, te da tus antojos, te chinea, te ama como un bebé.
Piensa en Dios así y llénate de esa imagen. No es un ser
huraño con un azote, listo para darte un fuetazo, un rebencazo desde que lo
ofende. Dios es un Dios muy amoroso. Yo conecto esto que estoy predicando con
lo que prediqué hace un par de domingos en el día de los padres, porque Dios es
misericordioso y compasivo, como el padre se compadece de los hijos, se
compadece Jehová de los que le temen.
Llénate de ese amor de Dios, de la consciencia, de la bondad
y la misericordia y Dios me trae a la memoria las palabras del salmista,
‘ciertamente el bien y la misericordia de Jehová te seguirán todos los días de
tu vida y en la casa de Jehová morarás por largos días.’ Quiera el Señor
llenarnos, ahora mismo, sánate de toda pérdida del pasado, todo lo que te quitaron,
todo lo que te robaron, todo lo que no te dieron, todo lo que no alcanzaste,
entrégaselo al Señor y piensa en todo lo bueno que tu tienes y lo mayor de todo
es tu vida asegurada, tu eternidad asegurada.
Un día, cuando tu mires este mundo desde el otro lado de la
eternidad te darás cuenta que cualquier cosita que perdiste aquí, será el
equivalente de un niño que pierde una muñeca y se le rompe un brazo y llora
pensando que el mundo se le ha caído encima. El adulto que lo ve dice, ‘qué
tontería.’ Así que quizás ahora tu piensas, ‘oh, perdí tanto.’ Pero no has
perdido nada, cuando tu estés del otro lado entenderás que lo que aquí te
pareció un mundo, no era nada. Sobretodo tienes el amor de Dios que nunca… y cuando
pierdas algo, yo le decía a la hermana Juana, y tu besas la mano de Dios, a
pesar de lo que perdiste, Dios te bendice grandemente y te da con creces, más
allá de lo que perdiste. Confía en él. Dios es bueno, misericordioso,
bondadoso, generoso, detallista.
El Dios de los detalles, así titularía este sermón, el Dios
de los detalles. Dios les bendiga. Bajemos nuestras cabezas, démosle gracias al
Señor en esta noche por su provisión, su generosidad para con nosotros.
Padre, gracias, decimos amén en nuestro espíritu. Ayúdanos a
aplicarnos eso que hemos declarado. Yo pido que tus hijos y tus hijas que han
sido esforzados en venir esta noche a tu casa, reciban ese pan especial de tu
afirmación ahora mismo. Dales esas vitaminas espirituales que todos necesitamos
y renuévanos en nuestra confianza de que a pesar de que estemos pasando por el
valle de sombra de muerte en este momento, aunque haya dificultades en nuestras
vidas, aunque haya tiempo de sequía y de premura y de prueba, Padre, nosotros
declaramos que tu eres más que bueno y que tu misericordia y tu bondad nunca
nos faltarán. Saldremos airosos y victoriosos de toda prueba y de toda
dificultad por la cual estemos pasando en este momento.
Yo declaro triunfo, victoria en tu vida, y en la vida de
esta iglesia, en todas las luchas que tenemos y todo lo que está por delante,
yo creo en el nombre de Jesús que los que viene es mejor que lo que ha pasado,
que el futuro es positivo y veremos la gloria de Dios. Que toda aflicción, toda
lágrima será borrada y celebraremos, los que hemos sembrado con lágrimas,
cosecharemos con alegría y con gozo. Así será y te damos gracias por eso,
Señor, en el nombre de Jesús. Amén. Amén.
Dios les bendiga mis hermanos
Hermanos, vivamos entonces en esa consciencia del carácter generoso, bondadoso, dadivoso, detallista de Dios. Préñate ahora mismo con esa sensación y ese sentido del Dios que te añoña, como dicen los dominicanos, decimos. Añoñar quiere decir, los guatemaltecos dicen chinear, el Dios que te… cuál es otra palabra? Qué otra palabra tienen ustedes en su idioma? Te mima, esa es una palabra más universal. Ese es el Dios que tu tienes, un Dios que te carga en sus brazos, por más viejo que tu seas, más grande, Dios te puede tomar en su brazo y te mima, te da tus antojos, te chinea, te ama como un bebé.
ResponderEliminarPiensa en Dios así y llénate de esa imagen. No es un ser huraño con un azote, listo para darte un fuetazo, un rebencazo desde que lo ofende. Dios es un Dios muy amoroso. Yo conecto esto que estoy predicando con lo que prediqué hace un par de domingos en el día de los padres, porque Dios es misericordioso y compasivo, como el padre se compadece de los hijos, se compadece Dios de los que le temen.