MENSAJE DE NAVIDAD 2013
“Una cueva de animales: la casa de Jesús”
Hermanas y hermanos:
Al desearles una FELIZ NAVIDAD, los
invito a saborear espiritualmente estas palabras del Papa Francisco: “María es
la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos
pobres pañales y una montaña de ternura” (EG 286).
Jesús nació en las periferias de Belén.
María y José no encontraron lugar para ellos en el poblado. En esa cueva de
animales, todo se transformó gracias al tierno amor de una madre, la Virgen.
Muchos años después, Jesús, luego de iniciar su predicación muy lejos de Jerusalén
y de hacer presente el Reino a través de sus palabras y gestos, en su hora
crucial, fue crucificado a las afueras de Jerusalén. El Salvador del mundo
nació y murió en las periferias. Y allí estuvo María, transformándolo todo con
su amor.
Contemplando el pesebre, miremos a María.
“Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida,
abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre,
ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la
cercanía del amor de Dios” (id.). “En ella vemos que la humildad y la ternura
no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar
a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que
alababa a Dios porque <<derribó de su trono a los poderosos>> y
<<despidió vacíos a los ricos>> (Lc.1,52.53), es la que pone
calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia… Esta dinámica de justicia y
ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un
modelo eclesial para la evangelización”. Le rogamos que con su oración maternal
nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para
todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo. (EG 288).
Al finalizar el año, me uno a ustedes
para dar gracias a Dios por tanto bien recibido. Por los intensos momentos de
celebración de la fe que hemos compartido en nuestra Iglesia diocesana, y
también con las hermanas y hermanos del mundo entero. Creo que todo se resume en
un gran llamado que Dios nos hace a anunciar su Reino. El documento de
Francisco que he citado mas arriba se llama: “La alegría del Evangelio”. Su
título es por demás claro y comprometedor. El envío de Jesús es urgente. No
podemos privar al mundo que nos rodea de esta gran alegría. María nos acompaña,
como siempre.
Parafraseando al Papa les digo: Salgamos
de nosotros mismos, vayamos a las periferias; periferias geográficas y a las
existenciales, para anunciar a Jesús y hacer conocer su mensaje. Que el Espíritu Santo nos dé fuerza, nos haga
corajudos, sin miedos, valientes. Que nos libre de la tentación de la
comodidad.
¡FELIZ NAVIDAD! ¡FELIZ AÑO NUEVO! Dios
los bendiga.
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes
Quilmes, diciembre de 2013
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