Texto del Evangelio (Mt 2,13-15.19-23):
Después que se fueron los Magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a
José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto;
y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para
matarle». Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a
Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el
oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Muerto Herodes, el Angel del Señor se
apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño
y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los
que buscaban la vida del niño». El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre,
y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea
en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se
retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret;
para que se cumpliese el oráculo de los profetas: «Será llamado Nazareno».
Levántate,
toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel
Hoy contemplamos el misterio de la Sagrada
Familia. El Hijo de Dios inicia su andadura entre los hombres en el seno de una
familia. Es el designio del Padre. La familia será siempre el hábitat humano
insustituible. Jesús tiene un padre legal que le “lleva” y una Madre que no se
separa de Él. Dios se sirvió en todo momento de san José, hombre justo, esposo
fiel y padre responsable para defender a la Familia de Nazaret: «El Ángel del
Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño
y a su madre y huye a Egipto’» (Mt 2,13).
Hoy, más que nunca, la Iglesia está
llamada a proclamar la buena noticia del Evangelio de la Familia y la vida. Hoy
más que nunca, una cultura profundamente inhumana intenta imponer un
anti-evangelio de confusión y de muerte. Juan Pablo II nos lo recordaba en su
exhortación Ecclesia in Europa: «La Iglesia ha de proponer con fidelidad la
verdad sobre el matrimonio y la familia. Es una necesidad que siente de manera
apremiante, porque sabe que dicha tarea le compete por la misión evangelizadora
que su Esposo y Señor le ha confiado y que hoy se plantea con especial
urgencia. El valor de la indisolubilidad matrimonial se tergiversa cada vez
más; se reclaman formas de reconocimiento legal de las convivencias de hecho,
equiparándolas al matrimonio legítimo...».
«Herodes va a buscar al niño para
matarle» (Mt 2,13). Herodes ataca de nuevo, pero no temamos, porque la ayuda de
Dios no nos faltará. ¡Vayamos a Nazareth! Redescubramos la verdad de la familia
y de la vida. Vivámosla gozosamente y anunciémosla a nuestros hermanos
sedientos de luz y esperanza. El Papa nos convoca a ello: «Es preciso reafirmar
dichas instituciones [el matrimonio y la familia] como provenientes de la
voluntad de Dios. Además es necesario servir al Evangelio de la vida».
De nuevo, «el Angel del Señor se apareció
en sueños a José en Egipto y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su
madre, y ponte en camino de la tierra de Israel’» (Mt 2,19-20). ¡El retorno de
Egipto es inminente!
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