La Iglesia en sus
celebraciones de este tiempo repetirá sin cansarse: ¡Aleluya! Expresión que
quiere decir “alaben a Yavé” “Alaben a Dios”. Es un canto de alegría al
contemplar qué grande es Dios, qué maravilloso es su amor.
La alegría de esta
fiesta vence toda tristeza. Es la alegría del amor que triunfa. Es más fuerte
que la muerte.
Durante estos días he
compartido la alegría de tantos de ustedes por la elección del Papa Francisco.
Una sonrisa y una caricia de Dios para su Pueblo, para el pueblo argentino y
para la humanidad. Tras un renunciamiento heroico y revolucionario de
Benedicto, hemos sido testigos de una elección valiente de los cardenales. Una
opción por las periferias del mundo. Una “pascua” anticipada. Algo nuevoque nace. Y esto genera alegría; la alegría
de la esperanza, que haciendo pie en un hecho nuevo, inédito, se proyecta a un
futuro grande y maravilloso.
“¡Cómo desearía una
Iglesia pobre para los pobres!” ha dicho el Papa Francisco. Es así que nuestra
mirada y nuestro corazón vuelan hacia aquel Francisco de Asís. Hombre de la
Pascua y la alegría. Hombre de la cruz y del amor. Hombre de la pobreza y de la
entrega total. Hombre del servicio y de la oración. Hombre de la contemplación
y de la acción. Hombre de la ternura del Niño del pesebre, y del dolor de las
llagas del Señor crucificado. Un hombre que despertó una primavera en la
Iglesia de hace ocho siglos.
En este Año de la Fe,
a cincuenta años del Concilio Vaticano II, junto con el regalo del Papa
Francisco, el Señor nos regala su amor siempre fiel, con la serena certeza de
que ha resucitado para siempre;nos
anima a salir de la tumba del desaliento y la amargura, para resucitar a la
alegría de darnos a los demás en el servicio diario; amar y abrazar con amor
nuestra propia vida, regalo de Dios, y contemplar que en el centro de mi ser,
brilla una gota de sangre divina, la sangre de Cristo Jesús, el Resucitado, el
que me da Vida, su propia vida, esperando de mí, esperando de cada uno, una
respuesta de amor, y de esa manera parecerme más a Él. En el corazón mismo del
Año de Fe, la celebración del misterio Pascual es una invitación a reconstruir
la Iglesia, como fue el llamado del Cristo de San Damián hecho a San Francisco.
Hoy, en cada Iglesia diocesana resuena este mismo llamado: “reconstruye mi
Iglesia”. La fuerza transformante del amor, fuerza que es el mismo Espíritu de
Dios, podrá hacer maravillas si somos sus discípulos misioneros de corazón.
Esa es la Pascua. Es
el “paso” a vivir la vida de Jesús, en un sencillo trato de amistad, como Él
mismo nos dice en la última Cena: “Ya no los llamo siervos, sino amigos”; y
también: “No hay mayor más grande que dar la vida por los amigos”.
A vos hermana, a vos
hermano, para todos los tuyos, mis deseos de una vida más llena de amor y de
alegría. Y les dejo la simple oración de San Francisco de Asís, que esuna verdadera descripción la Pascua que se
hace vida las cosas sencillas de cada día:
Humildad: La virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio sin desviarse en juicios que no le pertenecen.
La humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto abyección (auto humillación) en la que se dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad.
"La humildad es la verdad" -Santa Teresa de Avila. El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. En la medida en que un hombre es más humilde crece una visión mas correcta de la realidad. "El grado mas perfecto de humildad es complacerse en los menosprecios y humillaciones. Vale mas delante de Dios un menosprecio sufrido pacientemente por su amor, que mil ayunos y mil disciplinas." -San Francisco de Sales, 1567
Humildad Tomado de numerosas fuentes La humildad perfecta es Jesús. Jesús es la humildad encarnada. Perfecto en todas las virtudes, nos enseña en cada momento en cada palabra. Siendo Dios, vivió 30 de sus 33 años en vida oculta, ordinaria, tenido por uno de tantos. Lo extraordinario fue la perfección en que vivió lo ordinario. También sus 3 años de vida pública son perfecta humildad. En todo hacía, como siempre la voluntad de su Padre. Nunca busco llamar la atención sobre si mismo sino dar gloria al Padre. Al final murió en la Cruz. Nos dijo: "Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón".
Jesús repara el daño de Adán que es rebeldía ante Dios y de todo el orgullo posterior. Otros modos de llamar a este veneno: amor propio, egoísmo y soberbia.
Nadie tuvo jamás dignidad comparable a la de Él, nadie sirvió con tanta solicitud a los hombres: yo estoy en medio de vosotros como quien sirve. Sigue siendo ésa su actitud hacia cada uno de nosotros. Dispuesto a servirnos, a ayudarnos, a levantarnos de las caídas. ¿Servimos nosotros a los demás, en la familia, en el trabajo, en esos favores anónimos que quizá jamás van a ser agradecidos?
Ejemplo os he dado -dice el Señor después de lavarles los pies a sus discípulos - para que como yo he hecho con vosotros, así hagáis vosotros -Cf. Jn 13, 15. Nos deja una suprema lección para que entendamos que si no somos humildes, si no estamos dispuestos a servir, no podemos seguir al Maestro.
El Señor nos invita a seguirle y a imitarle, y nos deja una regla sencilla, pero exacta, para vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio: Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos -Cf Mt 7, 12. La experiencia de lo que me agrada o me molesta, de lo que me ayuda o me hace daño, es una buena norma de aquello que debo hacer o evitar en el trato con los demás.
Lo que todos deseamos:
Todos deseamos una palabra de aliento cuando las cosas no han ido bien, y comprensión de los demás cuando, a pesar de la buena voluntad, nos hemos vuelto a equivocar; y que se fijen en lo positivo más que en los defectos; y que haya un tono de cordialidad en el lugar donde trabajamos o al llegan a casa; y que se nos exija en nuestro trabajo, pero de buenas maneras; y que nadie hable mal a nuestras espaldas; y que haya alguien que nos defienda cuando se nos critica y no estamos presentes; y que se preocupen de verdad por nosotros cuando estamos enfermos; y que se nos haga la corrección fraterna de las cosas que hacemos mal, en vez de comentarlas con otros; y que recen por nosotros y... Estas son las cosas que, con humildad y espíritu de servicio, hemos de hacer por los demás. Discite benefacere. Si nos comportamos así, entonces: Aunque vuestros pecados fueran como la grana, quedarán blancos como la nieve. Aunque fueren rojos como la púrpura quedarán como la blanca lana. Is 1,18.
Lo que todos debemos cambiar: la soberbia
Por el orgullo buscamos la superioridad ante los demás. La soberbia consiste en el desordenado amor de la propia excelencia. -Santo Tomás. La soberbia es la afirmación aberrante del propio yo. El hombre humilde, cuando localiza algo malo en su vida puede corregirlo, aunque le duela. El soberbio al no aceptar , o no ver, ese defecto no puede corregirlo, y se queda con él. El soberbio no se conoce o se conoce mal.
La soberbia lo inficiona todo. Donde hay un soberbio, todo acaba maltratado: la familia, los amigos, el lugar donde trabaja... Exigirá un trato especial porque se cree distinto, habrá que evitar con cuidado herir su susceptibilidad... Su actitud dogmática en las conversaciones, sus intervenciones irónicas -no le importa dejar en mal lugar a los demás por quedar él bien-, la tendencia a poner punto final a las conversaciones que surgieron con naturalidad, etcétera, son manifestaciones de algo más profundo: un gran egoísmo que se apodera de la persona cuando ha puesto el horizonte de la vida en sí misma.
"El primero entre vosotros sea vuestro servidor" -Mt 23, 11. Para eso hemos de dejar nuestro egoísmo a un lado y descubrir esas manifestaciones de la caridad que hacen felices a los demás. Si no lucháramos por olvidarnos cada vez más de nosotros mismos, pasaríamos una y otra vez al lado de quienes nos rodean y no nos daríamos cuenta de que necesitan una palabra de aliento, valorar lo que hacen, animarles a ser mejores y servirles.
El egoísmo ciega y nos cierra el horizonte de los demás; la humildad abre constantemente camino a la caridad en detalles prácticos y concretos de servicio. Este espíritu alegre, de apertura a los demás, y de disponibilidad es capaz de transformar cualquier ambiente. La caridad cala, como el agua en la grieta de la piedra, y acaba por romper la resistencia más dura. “Amor saca amor” -SANTA TERESA, Vida, 22, 14. San Juan de la Cruz aconsejaba: “Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor” -SAN JUAN DE LA CRUZ, Carta a la M. M.0 de la Encarnación, en Vida, BAC, Madrid 1950, p. 1322.
Los grados de la humildad:1 conocerse, 2 aceptarse, 3 olvido de si, 4 darse. 1 Conocerse. Primer paso: conocer la verdad de uno mismo. Ya los griegos antiguos ponían como una gran meta el aforismo: "Conócete a ti mismo". La Biblia dice a este respecto que es necesaria la humildad para ser sabios: Donde hay humildad hay sabiduría . Sin humildad no hay conocimiento de sí mismo y, por tanto, falta la sabiduría.
Es difícil conocerse. La soberbia, que siempre está presente dentro del hombre, ensombrece la conciencia, embellece los defectos propios, busca justificaciones a los fallos y a los pecados. No es infrecuente que, ante un hecho, claramente malo, el orgullo se niegue a aceptar que aquella acción haya sido real, y se llega a pensar: "no puedo haberlo hecho", o bien "no es malo lo que hice", o incluso "la culpa es de los demás".
Para superar: examen de conciencia honesto. Para ello: primero pedir luz al Espíritu Santo, y después mirar ordenadamente los hechos vividos, los hábitos o costumbres que se han enraizado más en la propia vida - pereza o laboriosidad, sensualidad o sobriedad, envidia...
2 Aceptarse. Una vez se ha conseguido un conocimiento propio más o menos profundo viene el segundo escalón de la humildad: aceptar la propia realidad. Resulta difícil porque la soberbia se rebela cuando la realidad es fea o defectuosa.
Aceptarse no es lo mismo que resignarse. Si se acepta con humildad un defecto, error, limitación, o pecado, se sabe contra qué luchar y se hace posible la victoria. Ya no se camina a ciegas sino que se conoce al enemigo. Pero si no se acepta la realidad, ocurre como en el caso del enfermo que no quiere reconocer su enfermedad: no podrá curarse. Pero si se sabe que hay cura, se puede cooperar con los médicos para mejorar. Hay defectos que podemos superar y hay límites naturales que debemos saber aceptar.
Dentro de los hábitos o costumbres, a los buenos se les llama virtudes por la fuerza que dan a los buenos deseos; a los malos los llamamos vicios, e inclinan al mal con más o menos fuerza según la profundidad de sus raíces en el actuar humano. Es útil buscar el defecto dominante para poder evitar las peores inclinaciones con más eficacia. También conviene conocer las cualidades mejores que se poseen, no para envanecerse, sino para dar gracias a Dios, ser optimista y desarrollar las buenas tendencias y virtudes.
Es distinto un pecado, de un error o una limitación, y conviene distinguirlos. Un pecado es un acto libre contra la ley de Dios. Si es habitual se convierte en vicio, requiriendo su desarraigo, un tratamiento fuerte y constante. Para borrar un pecado basta con el arrepiento y el propósito de enmienda unidos a la absolución sacramental si es un pecado mortal y con acto de contrición si es venial. El vicio en cambio necesita mucha constancia en aplicar el remedio pues tiende a reproducir nuevos pecados.
Los errores son más fáciles de superar porque suelen ser involuntarios. Una vez descubiertos se pone el remedio y las cosas vuelven al cauce de la verdad. Si el defecto es una limitación, no es pecado, como no lo es ser poco inteligente o poco dotado para el arte. Pero sin humildad no se aceptan las propias limitaciones. El que no acepta las propias limitaciones se expone a hacer el ridículo, por ejemplo, hablando de lo que no sabe o alardeando de lo que no tiene.
Vive según tu conciencia o acabarás pensando como vives. Es decir, si tu vida no es fiel a tu propia conciencia, acabarás cegando tu conciencia con teorías justificadoras.
3 Olvido de sí. El orgullo y la soberbia llevan a que el pensamiento y la imaginación giren en torno al propio yo. Muy pocos llegan a este nivel. La mayoría de la gente vive pensando en si mismo, "dándole vuelta" a sus problemas. El pensar demasiado en uno mismo es compatible con saberse poca cosa, ya que el problema consiste en que se encuentra un cierto gusto incluso en la lamentación de los propios problemas. Parece imposible pero se puede dar un goce en estar tristes, pero no es por la tristeza misma sino por pensar en sí mismo, en llamar la atención.
El olvido de sí no es lo mismo que indiferencia ante los problemas. Se trata más bien de superar el pensar demasiado en uno mismo. En la medida en que se consigue el olvido de sí, se consigue también la paz y alegría. Es lógico que sea así, pues la mayoría de las preocupaciones provienen de conceder demasiada importancia a los problemas, tanto cuando son reales como cuando son imaginarios. El que consigue el olvido de sí está en el polo opuesto del egoísta, que continuamente esta pendiente de lo que le gusta o le disgusta. Se puede decir que ha conseguido un grado aceptable de humildad. El olvido de sí conduce a un santo abandono que consiste en una despreocupación responsable. Las cosas que ocurren -tristes o alegres- ya no preocupan, solo ocupan.
4 -Darse. Este es el grado más alto de la humildad, porque más que superar cosas malas se trata de vivir la caridad, es decir, vivir de amor. Si se han ido subiendo los escalones anteriores, ha mejorado el conocimiento propio, la aceptación de la realidad y la superación del yo como eje de todos los pensamientos e imaginaciones. Si se mata el egoísmo se puede vivir el amor, porque o el amor mata al egoísmo o el egoísmo mata al amor.
En este nivel la humildad y la caridad llevan una a la otra. Una persona humilde al librarse de las alucinaciones de la soberbia ya es capaz de querer a los demás por sí mismos, y no sólo por el provecho que pueda extraer del trato con ellos.
Cuando la humildad llega al nivel de darse se experimenta más alegría que cuando se busca el placer egoístamente. La única vez que se citan palabras de Nuestro Señor del Evangelio en los Hechos de los Apóstoles dice que se es mas feliz en dar que en recibir . La persona generosa experimenta una felicidad interior desconocida para el egoísta y el orgulloso.
La caridad es amor que recibimos de Dios y damos a Dios. Dios se convierte en el interlocutor de un diálogo diáfano y limpio que sería imposible para el orgulloso ya que no sabe querer y además no sabe dejarse querer. Al crecer la humildad la mirada es más clara y se advierte más en toda su riqueza la Bondad y la Belleza divinas.
Dios se deleita en los humildes y derrama en ellos sus gracias y dones con abundancia bien recibida. El humilde se convierte en la buena tierra que da fruto al recibir la semilla divina.
La falta de humildad se muestra en la susceptibilidad, quiere ser el centro de la atención en las conversaciones, le molesta en extremo que a otra la aprecien más que a ella, se siente desplazada si no la atienden. La falta de humildad hace hablar mucho por el gusto de oirse y que los demás le oigan, siempre tiene algo que decir, que corregir, Todo esto es creerse el centro del universo. La imaginación anda a mil por hora, evitan que su alma crezca.
-Que me conozca; que te conozca. Así jamás perderé de vista mi nada”. Solo así podré seguirte como Tú quieres y como yo quiero: con una fe grande, con un amor hondo, sin condición alguna.
Se cuenta en la vida de San Antonio Abad que Dios le hizo ver el mundo sembrado de los lazos que el demonio tenía preparados para hacer caer a los hombres. El santo, después de esta visión, quedó lleno de espanto, y preguntó: “Señor, ¿Quién podrá escapar de tantos lazos?”. Y oyó una voz que le contestaba: “Antonio, el que sea humilde; pues Dios da a los humildes la gracia necesaria, mientras los soberbios van cayendo en todas las trampas que el demonio les tiende"
Nos ayudará a desearla de verdad el tener siempre presente que el pecado capital opuesto, la soberbia, es lo más contrario a la vocación que hemos recibido del Señor, lo que más daño hace a la vida familiar, a la amistad, lo que más se opone a la verdadera felicidad... Es el principal apoyo con que cuenta el demonio en nuestra alma para intentar destruir la obra que el Espíritu Santo trata incesantemente de edificar.
Con todo, la virtud de la humildad no consiste sólo en rechazar los movimientos de la soberbia, del egoísmo y del orgullo. De hecho, ni Jesús ni su Santísima Madre experimentaron movimiento alguno de soberbia y, sin embargo, tuvieron la virtud de la humildad en grado sumo. La palabra humildad tiene su origen en la latina humus, tierra; humilde, en su etimología, significa inclinado hacia la tierra; la virtud de la humildad consiste en inclinarse delante de Dios y de todo lo que hay de Dios en las criaturas (6). En la práctica, nos lleva a reconocer nuestra inferioridad, nuestra pequeñez e indigencia ante Dios. Los santos sienten una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios y en reconocer que sólo Él es grande, y que en comparación con la suya, todas las grandezas humanas están vacías y no son sino mentira.
¿Cómo he de llegar a la humildad? Por la gracia de Dios. Solamente la gracia de Dios puede darnos la visión clara de nuestra propia condición y la conciencia de su grandeza que origina la humildad. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente, convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas a pesar de nuestras flaquezas...
Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni alabanzas porque su vida esta en Dios; y si llegan procura enderezarlos a la gloria de Dios, Autor de todo bien. La humildad se manifiesta en el desprecio sino en el olvido de sí mismo, reconociendo con alegría que no tenemos nada que no hayamos recibido, y nos lleva a sentirnos hijos pequeños de Dios que encuentran toda la firmeza en la mano fuerte de su Padre.
Aprendemos a ser humildes meditando la Pasión de Nuestro Señor, considerando su grandeza ante tanta humillación, el dejarse hacer “como cordero llevado al matadero”.
Visitándolo en la Sagrada Eucaristía, donde espera que vayamos a verle y hablarle,
Meditando la Vida de la Virgen María y uniéndonos a ella en oración. La mujer mas humilde y por eso también la escogida de Dios, la mas grande. La Esclava del Señor, la que no tuvo otro deseo que el de hacer la voluntad de Dios.
También acudimos a San José, que empleó su vida en servir a Jesús y a María, llevando a cabo la tarea que Dios le había encomendado.
EL BIEN DEL HOMBRE ES LA VIDA HUMILDE Y FIEL; NO LA VIDA FACIL.
Dios nos creó para vivir plenamente en El. Esta es la santidad de vida que nos enseña el Evangelio.
El Papa Juan Pablo II (2 sept. 2001) enseñó que «la superficialidad, el arribismo, aunque obtengan algún éxito inmediato, no constituyen sin embargo el auténtico bien del hombre y de la sociedad».
El mismo Papa reconoció que esta verdad del Evangelio es «claramente contra corriente». Citando palabras de san Pablo, añadió que, por el contrario, «el Reino de Dios ha sido preparado eficazmente por las personas que desempeñan seria y honestamente su actividad, que no aspiran a cosas demasiado elevadas, sino que se pliegan con fidelidad cotidiana en las humildes».
«La mentalidad del mundo, de hecho --continuó diciendo el Papa--, lleva a emerger, a abrirse camino quizá con picardía y sin escrúpulos, afirmándose a sí mismos y los propios intereses. Las consecuencias están ante los ojos de todos: rivalidades, abusos, frustraciones». Por el contrario, «En el Reino de Dios se premia la modestia y la humildad».
El Papa aconsejó a los cristianos iluminar su vida con la Palabra de Dios, que «ayuda a mirar las cosas en su justa medida, la de la eternidad». Jesús «recorrió con coherencia el camino de la humildad, transcurriendo la mayor parte de su existencia terrena en el escondrijo de Nazaret, junto a la Virgen María y san José, realizando el trabajo de carpintero». Ahí está el secreto, concluyó el Papa, «para que toda actividad profesional o en el hogar pueda desempeñarse en un clima de auténtica humanidad, gracias a la humilde y concreta contribución de cada uno».
HUMILDAD Y ESPIRITU DE SERVICIOAdaptado de IESVS.ORG
Los escribas y fariseos se buscaban ellos mismos en todo lo que hacían. Cfr. Mt 9, 36; Mt 23, 1-12 Cristo advierte a sus discípulos: Vosotros, en cambio, no queráis que os llamen maestros: ... el mayor entre vosotros sea vuestro servidor Cfr. Mt 23, 8-11. Él es el ejemplo perfecto. Porque ¿quién es el mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como quien sirve Lc 22, 27 Sin humildad y espíritu de servicio no es posible la caridad ni la santidad. “los instrumentos de Dios son siempre los humildes” -SAN JUAN CRISOSTOMO, Homilías sobre San Mateo, 15. En el apostolado y en los pequeños servicios que prestamos a los demás no hay motivo de complacencia ni de altanería, ya que es el Señor quien hace verdaderamente las cosas. -Cuando servimos, nuestra capacidad no guarda relación con los frutos sobrenaturales que buscamos. Sin la gracia, de nada servirían los mayores esfuerzos: nadie, si no es por el Espíritu Santo, puede decir Señor Jesús -1 Cor 12, 3. -La gracia es lo único que puede potenciar nuestros talentos humanos para realizar obras que están por encima de nuestras posibilidades. Y Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes Sant 4, 6.
Cuando luchamos por alcanzar la humildad somos eficaces y fuertes. “La humildad nos empujará a que llevemos a cabo grandes labores; pero a condición de que no perdamos de vista la conciencia de nuestra poquedad, con un convencimiento de nuestra pobre indigencia que crezca cada día” -J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios, 106. “Arremete (la soberbia) por todos los flancos y su vencedor la encuentra en todo cuanto le circunda” -CASIANO, Instituciones, 11, 3.
Servir como una madre "Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas" -1 Tes 2, 7-8.
De modo particular hemos de vivir este espíritu del Señor con los más próximos, en la propia familia: “el marido no busque únicamente sus intereses, sino también los de su mujer, y ésta los de su marido; los padres busquen los intereses de sus hijos y éstos a su vez busquen los intereses de sus padres.
“El respeto de esta norma fundamental explica, como enseña el mismo Apóstol, que no se haga nada por espíritu de rivalidad o por vanagloria, sino con humildad, por amor. Y este amor, que se abre a los demás, hace que los miembros de la familia sean auténticos servidores de la "iglesia doméstica", donde todos desean el bien y la felicidad a cada uno; donde todos y cada uno dan vida a ese amor con la premurosa búsqueda de tal bien y tal felicidad” -JUAN PABLO II, Homilía en la Misa para las familias, Madrid 2-XI-1982.
Si actuamos así no veremos, como en tantas ocasiones sucede, la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio -Cf. Mt 7, 3-5.3. Las faltas más pequeñas del otro se ven aumentadas, las mayores faltas propias tienden a disminuirse ya justificarse. Por el contrario, la humildad nos hace reconocer en primer lugar los propios errores y las propias miserias. Estamos en condiciones entonces de ver con comprensión los defectos de los demás y de poder prestarles ayuda. También estamos en condiciones de quererles y aceptarlos con esas deficiencias.
La Virgen, Nuestra Señora, Esclava del Señor, nos enseñará a entender que servir a los demás es una de las formas de encontrar la alegría en esta vida y uno de los caminos más cortos para encontrar a Jesús. Para eso hemos de pedirle que nos haga verdaderamente humildes.
El nuevo arzobispo de Buenos Aires es Mons. Mario
Poli
Buenos Aires, 28 Mar. 2013 (AICA):Hoy, jueves 28 de marzo de 2013, el Santo Padre Francisco designó
arzobispo de Buenos Aires a monseñor Mario Aurelio Poli, de 65 años, actualmente
obispo de Santa Rosa (La Pampa). La información oficial se dio a conocer, como
es de práctica, en forma simultánea en Roma y en Buenos Aires. Aquí lo hizo el
nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, a través de la agencia AICA. La
arquidiócesis de Buenos Aires, primada de la Argentina, había quedado vacante el
pasado miércoles 13 de marzo, cuando el arzobispo de Buenos Aires, cardenal
Jorge Mario Bergoglio SJ, fue elegido sumo pontífice de la Iglesia católica y al
mismo tiempo obispo de Roma.
El nuevo arzobispo de Buenos Aires es Mons. Mario
Poli
Buenos Aires, 28 Mar. 2013 (AICA):Hoy, jueves 28 de marzo de
2013, el Santo Padre Francisco designó arzobispo de Buenos Aires a monseñor
Mario Aurelio Poli, de 65 años, actualmente obispo de Santa Rosa (La
Pampa).
La información oficial se dio a
conocer, como es de práctica, en forma simultánea en Roma y en Buenos Aires.
Aquí lo hizo el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, a través de la
agencia AICA.
La arquidiócesis de Buenos Aires,
primada de la Argentina, había quedado vacante el pasado miércoles 13 de marzo,
cuando el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, fue
elegido sumo pontífice de la Iglesia católica y al mismo tiempo obispo de
Roma.
Datos biográficos de Mons. Mario
Aurelio PoliNació en Buenos Aires el 29 de
noviembre de 1947. En 1969 ingresó en el Seminario Metropolitano de la
Inmaculada Concepción, de Buenos Aires (Villa Devoto), donde cursó los estudios
filosóficos y teológicos. Es doctor en Teología por la Pontificia Universidad
Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires” (UCA). Es también
licenciado en Servicio Social por la Universidad de Buenos Aires
(UBA).
Fue ordenado sacerdote el 25 de
noviembre de 1978 por el cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos
Aires, en la catedral metropolitana de Buenos Aires.
Tras su ordenación fue designado
vicario parroquial en San Cayetano (Liniers), donde se desempeñó hasta 1980. De
1980 a 1991, en el Seminario Metropolitano fue, primero superior de Comunidad,
luego ecónomo y finalmente asesor de estudios. De 1988 a 1991 fue también
capellán de las Religiosas Misioneras Siervas del Espíritu Santo. Entre los años
1988 y 1992 fue asistente eclesiástico de la asociación laical “Fraternidades y
Agrupaciones Santo Tomás de Aquino” (FASTA). Fue profesor de Historia de la
Iglesia en la Facultad de Teología de la UCA.
En 1992, el arzobispo de Buenos
Aires, cardenal Antonio Quarracino, lo nombró director del Instituto Vocacional
San José, donde los seminaristas de la arquidiócesis de Buenos Aires comienzan
su formación sacerdotal y durante un año acrecientan su vida espiritual y se
ejercitan en la disciplina interior que los ayuda a madurar su vocación al
sacerdocio. Tiene su sede en Elortondo 901, San Isidro, provincia de Buenos
Aires.
Cuando se desempeñaba en esta
delicada e importante tarea de formación de los futuros sacerdotes, el 8 de
febrero de 2002 el Santo Padre, beato Juan Pablo II, lo nombró obispo titular de
Abidda y auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires.
Recibió la ordenación episcopal el
20 de abril de ese año, de manos del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge
Mario Bergoglio SJ, habiendo actuado como obispos co-consagrantes el cardenal
Juan Carlos Aramburu, arzobispo emérito de Buenos Aires; monseñor Mario José
Serra, obispo titular de Mentesa; y los obispos auxiliares de Buenos Aires
Joaquín Mariano Sucunza y Guillermo Rodríguez-Melgarejo.
El 24 de junio de 2008 el Santo
Padre Benedicto XVI lo trasladó como obispo diocesano de Santa Rosa, e inició su
ministerio pastoral como quinto obispo de Santa Rosa el 30 de agosto de
2008.
En la Conferencia Episcopal
Argentina (CEA) preside la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica. Es doctor
en Teología y profesor de Historia Eclesiástica y Patrología. Es también el
Capellán Nacional de la Comisión de Pastoral Scout Católica (COPASCA). Su lema
episcopal es: “Concédeme Señor un corazón que escuche”.
Arquidiócesis de Buenos
AiresFue creada como diócesis el 30 de marzo
de 1629 por el papa Paulo V; el 5 de marzo de 1865 Pío IX la elevó a
arquidiócesis; el 29 de enero de 1936 Pío XI la proclamó “Primada de la
República Argentina”. Comprende todo el territorio de la ciudad de Buenos Aires
y la isla Martín García, con una superficie total de 203 kilómetros cuadrados, y
una población de 2.891.082 habitantes, de los cuales se estima que más del 80
por ciento son católicos.
Cuenta con 186 parroquias, 102
iglesias y capillas, un total de 817 sacerdotes (443 del clero diocesano y 320
del clero religioso), 10 diáconos permanentes, 76 hermanos, 59 seminaristas
mayores, 1.386 religiosas, Religiosos y 245 centros
educativos.
Monseñor Poli será el 12º arzobispo
(y 26º diocesano) de Buenos Aires.+
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domingo, 24 de marzo de 2013
La NaProtecnología,
una solución ética para las parejas infértiles
Desarrollada en
Irlanda por la Doctora Caroline Guindon
PARÍS, miércoles, 6
de mayo de 2009 (ZENIT.org).- En una aportación puesta en línea en el blog de
bioética de la Conferencia Episcopal de Francia por el sacerdote Olivier
Bonnewijn se aborda el tema de la asistencia médica y la procreación, abriendo
un debate que continuará con próximos artículos.
Bonnewijn, presbítero
de la diócesis de Malinas-Bruselas y profesor de ética en el Instituto
Teológico de Bruselas, alude en su nota a la prueba de infertilidad para las
parejas y aporta una clarificación sobre lo que la Iglesia católica dice
respecto al recurso a las técnicas de producción de embriones humanos.
¿Con quién hablar?,
se pregunta Bonnewijn en su artículo. “Desde la segunda mitad del siglo XX
–afirma–, el progreso de la ciencia permite la puesta a punto de tratamientos
eficaces. Los médicos atienden casos de infertilidad, dando así a numerosos
esposos la posibilidad de realizar su deseo de ser padres. La Iglesia se ha
alegrado siempre de este progreso. Lo ha animado y ha contribuido ampliamente a
él. El desarrollo actual de la ‘NaProtecnología’ ofrece un ejemplo entre otros.
La medicina de la procreación hizo así irrupción entre las parejas poniéndose a
su servicio ya sea antes, durante o después de su unión conyugal”.
Haciendo eco a la nota
de Olivier Bonnewijn, Caroline Guidon aborda en su aportación, dentro del mismo
blog, el tema de la “NaProtecnología”.
“A diferencia de las
técnicas de asistencia médica a la procreación, que rodean las causas de
infertilidad y sustituyen el acto conyugal, la “NaProtecnología” investiga y
trata las causas subyacentes de la infertilidad, tanto en la mujer como en el
hombre, para permitir la concepción en una relación sexual normal”, afirma
Guidon.
“El objetivo es, por
tanto, ayudar las parejas a concebir su propio niño, pero no a cualquier
precio: nunca al precio de la salud mental y física de la mujer, de la relación
de pareja, de la destrucción de otros embriones o de la desvalorización de la
persona del niño por nacer”, añade.
Caroline Guindon,
médica, ejerce la “NaProtecnología” desde septiembre de 2005 en la Clínica de
Fertilidad de la Clínica Galway en Irlanda.
Guindon explica cómo
la “NaProtecnología” puede ayudar a las parejas que afrontan la infertilidad a
concebir un niño en el respeto de su relación y del embrión.
Accesible en Irlanda
desde 1998, este método ha permitido a más de 800 parejas irlandesas e inglesas
llevar a término su embarazo. Hasta la fecha han sido seguidas tres mil
parejas.
NaProTecnología:
Detección del Periodo Ovulatorio y Aplicaciones Clínicas
Los nuevos avances
pueden cooperar para corregir y mantener la potencialidad procreativa dentro de
un esquema integral de la persona
Actualmente los
métodos usados para detectar la ovulación se fundamentan en una serie de hechos
que se podrían resumir en: a) La edad del cuerpo lúteo, b) La bioquímica
desencadenada por la ruptura del folículo c) La bioquímica implicada en la
dinámica folicular del ciclo ovárico y d) La respuestas de los órganos diana a
los cambios hormonales (1-5). Desde un punto de vista práctico también se
pueden clasificar los métodos que detectan la ovulación o el periodo fértil en
dos grupos: a) Evaluación de los cambios que preceden, coinciden o suceden al
proceso de la ovulación y b) Detección de gonadotropinas o esteroides
hormonales en el suero, orina o saliva.
Dentro del grupo de
eventos que evalúan los cambios que preceden, coinciden o suceden al proceso de
la ovulación, el estudio de la secreción cervical como respuesta de órgano
Diana a las variaciones hormonales sigue siendo uno de los factores con mayores
aplicaciones prácticas. La secreción cervical es un gel constituido por una
fase sólida y líquida. La fase sólida está constituida por un polímero de
glicoproteína, llamado mucina, en el cual interactúan diversas moléculas para
formar una red. La fase líquida del moco está constituida por proteínas
solubles, sales inorgánicas, enzimas, y otros componentes químicos. En fase
periovulatoria se ha visto que la secreción cervical contiene una estructura
más expandida, y un tamaño intersticial mayor que en fase proliferativa o
lútea, así mismo como una mayor viscoelasticidad en primera fase de ciclo. La
función principal de la secreción cervical consiste en aceptar, filtrar,
preparar y liberar espermios para un transporte exitoso. En esta línea se han
observado con microscopía electrónica pequeños intersticios entre
macromoléculas de moco cervical similares al tamaño de la cabeza de un
espermio, las cuales tienen mayor tamaño en el periodo periovulatorio (6).
También se han medido las concentraciones de Na y K en las diferentes fases del
moco cervical, encontrándose diferencias significativas a favor de
concentraciones bajas de Na en ciclos monofásicos (7). Otros estudios han
estudiado la migración del espermatozoide durante el periodo periovulatorio del
ciclo, y han observado que las muestras de moco con migración positiva de
espermios, revelan un alto porcentaje de agua, y baja concentración de
proteínas y glicoproteínas por ml de moco, sugiriendo así que la composición de
las glicoproteínas de los carbohidratos están jugando un papel importante en la
capacidad del moco para aceptar el espermio (8). Por ello se están planteando
estudios al respecto para valorar la composición de la microestructura de la
mucina en la monitorización de los cambios del moco cervical (6). Otras de las
características físicas estudiadas en la secreción cervical ha sido la
resistencia eléctrica en fase fértil, sin llegar a obtener una adecuada
delimitación del tiempo periovulatorio (9). Recientes estudios están planteando
nuevas alternativas diagnósticas para identificar el período periovulatorio
mediante determinaciones en orina y saliva de los cambios hormonales de la
ovulación. Entre las determinaciones en orina más significativas que se están
realizando se encuentra la detección de algunos esteroides ováricos a lo largo
del ciclo por medio de técnicas de inmunoensayo en orina como, el glucuronido
de pregnanodiol (P-3-G), el glucuronido de estrona (E-3-G), y la determinación
de la hormona luteinizante (LH). Estas determinaciones actualmente son las que
se realizan con mayor frecuencia mediante anticuerpos (Ac) monoclonales en
orina de forma seriada a lo largo del ciclo (1,2).
Conceptos
fisiopatológicos de la ovulación relacionados con Fertilidad y Detección del
período Ovulatorio en PNF, Naprotecnología y Nuevas Tecnologías
A partir de los
estudios iniciales desarrollados por Jhon y Lyn Billings, se han recogido de
una forma estandarizada una serie de récords o gráficas que se encuentran
ampliamente publicados. Se han desarrollado diferentes modelos de trabajo los
cuales han permitido evaluar diferentes eventos que ocurren alrededor de la
ovulación, entre ellos se encuentra el estudio de los cambios en la secreción
cervical a nivel del aparato genital femenino fundamentado en los hallazgos
Billings. Otro de los modelos ampliamente conocido, es el modelo Creighton, al
cual se le añade además un programa de observación y seguimiento estandarizado
para mejor conocimiento y aprendizaje del método. Se ha demostrado con éstos
métodos que es posible mediante el aprendizaje adquirido por algunas parejas
conocer el tiempo adecuado para concebir o posponer un embarazo, mediante una
adecuada observación, un buen entendimiento, y una evaluación ordenada y
sistemática de los cambios que preceden, coincide o suceden al proceso de la
ovulación a lo largo del ciclo. Otra de las aplicaciones prácticas que se está
derivando de este campo se está concretando en la identificación y tratamiento
de anormalidades y disturbios ginecológicos. En ésta línea el Dr. Thomas W.
Hilgers emplea el término de NaProTecnología: como ciencia por medio de la
cual, se concentra la fuerza de los conocimientos médicos y quirúrgicos en la
cooperación de las funciones y mecanismos naturales de la procreación (10). En
ésta línea se ha logrado establecer una buena correlación entre el tiempo de la
ovulación, con el día ovulatorio, mediante diferentes procedimientos. El Día
Pico de Moco cervical se encuentra en torno a la ovulación alrededor de -3 y +3
días, observándose en el 95.4 % de las veces una variabilidad de más o menos 2
días. Se ha correlacionado el día Pico de Moco con el pico de Estradiol, de
FSH, y de LH, observándose una relación directamente proporcional entre la
calidad y los canales del moco con el día pico de la secreción cervical. Por
otro lado la detección de la ovulación con LH en orina (como indicador y
predictor de ovulación) aparece con un intervalo entre 3-5 horas después del
pico en plasma, y el comienzo de la descarga en orina ocurre entre 23-38 horas
antes de que ocurra la ovulación, con valores máximos y mínimos entre 16-56
horas (5). Este parámetro se ha usado aisladamente y/o en combinación con los
métodos tradicionales de la temperatura basal, la secreción cervical o la
ecografía para detectar el tiempo de máxima fertilidad. También se ha visto una
adecuada correlación entre niveles de E-3-G y LH en orina (11), y también con
anticuerpos (Ac) monoclonales en orina altamente específicos para dos
metabolitos de los estoroides ováricos: P-3-G y E-3-G. En estudios comparativos
se han visto mejores resultados con determinación de metabolitos urinarios que
con la determinación de resistencia eléctrica del moco y la saliva (12), y que
con la determinación colorimétrica semicuantitativa de E-3-G (13).
Comentario
A partir de los
estudios de las características tanto bioquímicas como físicas de la secreción
cervical (14), y de las manifestaciones de los cambios hormonales en la orina y
en la saliva se han desarrollado diferentes alternativas diagnósticas
ampliamente difundidas, dirigidas a identificar el periodo fértil en la mujer;
siendo los métodos más conocidos aquellos métodos fundamentados en la elevación
de la temperatura basal y en los cambios de la secreción cervical. El método de
la ovulación ha sido uno de los más difundidos, por no decir el que más ha
tenido difusión de todos los métodos de PNF, el más versátil, fundamentado en
la variación de la secreción del moco cervical a lo largo del ciclo. Se puede
aplicar en varios momentos de la vida reproductiva de la mujer, en tiempo
fértil, lactancia, premenopausia, ciclos irregulares, bajo estrés etc, además
de ser fácilmente reconocidas las fases del ciclo menstrual por la pareja
mediante la aplicación de conceptos básicos reconocidos científicamente.
En relación con PNF
la elección del tipo de método depende de la finalidad con la que se quiera
emplear y las circunstancias propias de cada pareja. Es ampliamente conocidos
la aplicación de diferentes métodos para detectar la fase fértil e infértil y
el período periovulatorio mediante la determinación de la secreción cervical
(Método del Billings), Temperatura basal corporal, Método sintotérmico,
detección de LH, Bioself etc. De tal manera que el diagnóstico de la ovulación
y toda la fisiopatología que conlleva su estudio, plantea a la mujer que desea
mejorar su salud desde un punto de vista contemporáneo, el conocimiento de su
fertilidad, ya sea mediante la aplicación exclusiva de las observaciones de los
cambios fisiológicos de los órganos Diana, o mediante el análisis de nuevas
tecnologías en casos concretos.
Dentro de los
diferentes factores que influyen en la capacidad para concebir un embarazo, el
factor ovulatorio en ciertas ocasiones es determinante. Actualmente existen
varias técnicas y procedimientos para diagnosticar y tratar adecuadamente alteraciones
que están relacionadas con la ovulación. Del conocimiento de estas funciones se
han podido beneficiar algunas parejas que tienen problemas de fertilidad y
desean concebir un embarazo. Se ha visto que en algunos casos en los cuales la
causa de infertilidad está en el ovario, y se han descartado otras posibles
alteraciones, es posible mediante técnicas alternativas bien administradas
conseguir un embarazo. Es ampliamente conocido que la mayoría de las parejas
que han presentado problemas para conseguirlo, lo logran después de un año de
relaciones dirigidas. En aquellos casos en los que no se logra concebir un
embarazo durante ese periodo de tiempo pueden existir alteraciones susceptibles
de ser identificadas y solucionadas con técnicas alternativas no relacionadas a
la fertilización in vitro y afines. Otra de las aplicaciones concretas
fundamentada en estas investigaciones ha sido uno de los aparatos ampliamente
difundidos con esta tecnología, conocido como Predictor, el cual consiste en un
monitor que determina los principales metabolitos de los estrógenos ováricos y
de la progesterona en la orina (15), pero actualmente a costes muy altos,
actualmente Persona parece que plantea un futuro prometedor y la reciente
incorporación de Clearplan easy para detectar a la vez LH y E-3-G en USA. Estos
avances intentan cada vez ser más preciso en la detección de la ventana de la
ovulación, empleando todo un arsenal de determinaciones endocrinas, ya sea en
casos de esterilidad, Síndrome de Folículo no roto (L.U.F), Síndrome de Ovario
Poliquístico (S.O.P.Q) etc. Sin embargo el abordaje de los métodos en PNF y las
nuevas tecnologías requiere de un vocabulario y terminología específica,
comprender algunos conceptos básicos en fisiología del ciclo genital femenino,
que no suelen darse en programas de aprendizaje especializados ni en escuelas.
Se requiere de unos pasos para aprender a reconocer los síntomas y signos:
observar y analizar la secreción cervical, como y donde graficar las
observaciones, aprender a leer gráficas, aplicar las definiciones y principios
generales de uso, así como aplicaciones de situaciones especiales. La
NaProTecnología puede trabajar cooperativamente con las funciones naturales de
la procreación cuando están reguladas adecuadamente o cuando los mecanismos
funcionan alteradamente, en caso de esterilidad, quistes funcionales, sangrados
inusuales etc. Los nuevos avances pueden cooperar para corregir y mantener la
potencialidad procreativa dentro de un esquema integral de la persona (16).
Surge como consecuencia un enfoque saludable para la pareja, disminuyendo
riesgos y promocionando hábitos saludables de vida. Dar información no es igual
que aprender, se requiere internalizar la información para dar buenos juicios.
Por eso muchas instituciones desarrollan Plannings de Follow-Up o seguimiento,
y una educación en sesiones One-On-One para mayor eficacia, haciendo posible
reconocer situaciones fisiológicas mediante una comprensión contemporánea que
respeta la dignidad de la persona. Como conclusión se puede decir que aquellas
personas interesadas en conocer las posibilidades que ofrece hoy en día este
campo, pueden aprender a reconocer su fertilidad y aplicar una serie de
conceptos clínicos con el propósito de mejorar su calidad de vida. De esta
manera se puede decir que al diagnóstico de la ovulación se puede llegar por
varios medios, y su estudio es posible dentro del Work Up de la pareja con
problemas de esterilidad. También es posible trabajar cooperativamente con la
mujer mediante la aplicación de los conocimientos derivados del estudio de la
fertilidad, ya sea empleando PFN exclusivamente, o el uso de nuevas
tecnologías. Finalmente gracias al estudio de la fisiopatología de la ovulación
ha sido posible detectar y estudiar el periodo periovulatorio y aplicar un
abordaje cooperativo entre los Método Naturales de Planificación Familiar
Natural (PNF), la NaProTecnología y las Nuevas Tecnologías, para conseguir o
posponer un embarazo con las funciones naturales de la procreación,
fundamentado en el progreso del conocimiento del ciclo menstrual y sus fases.