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Queridos hermanos y hermanas
Como sabéis (aplausos) – gracias por vuestra simpatía –, he
decidido renunciar al ministerio que el Señor me ha confiado el 19 de abril de
2005.
Lo he hecho con plena libertad por el bien de la Iglesia,
tras haber orado durante mucho tiempo y haber examinado mi conciencia ante
Dios, muy consciente de la importancia de este acto, pero consciente al mismo
tiempo de no estar ya en condiciones de desempeñar el ministerio petrino con la
fuerza que éste requiere.
Me sostiene y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de
Cristo, que no dejará de guiarla y cuidarla.
Agradezco a todos el amor y la plegaria con que me habéis
acompañado. Gracias.
En estos días nada fáciles para mí, he sentido casi
físicamente la fuerza que me da la oración, el amor de la Iglesia, vuestra
oración.
Seguid rezando por mí, por la Iglesia, por el próximo Papa.
El Señor nos guiará.
BENEDICTO XVII
Me sostiene y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, que no dejará de guiarla y cuidarla.
ResponderEliminarAgradezco a todos el amor y la plegaria con que me habéis acompañado. Gracias.
En estos días nada fáciles para mí, he sentido casi físicamente la fuerza que me da la oración, el amor de la Iglesia, vuestra oración.
Seguid rezando por mí, por la Iglesia, por el próximo Papa.
El Señor nos guiará.
BENEDICTO XVII