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martes, 19 de febrero de 2013

SEDE VACANTE DEL PAPA




 Papas que renunciaron al ministerio petrino

 
En la historia de la Iglesia y antes de que Benedicto XVI anunciara su renuncia al pontificado, explicando que debido a su avanzada edad considera carece de fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, siete Papas habían tomado similar decisión.
 
El primer Papa en renunciar al pontificado fue San Clemente I, que ocupó la sede petrina desde el año 88 hasta el 96, padeciendo martirio al año siguiente. Lo arrojaron al Mar Negro encadenado a un ancla.
 
El Papa San Ponciano, que gobernó desde 230 a 235, heredó el cisma de Hipólito de Roma, que se había erigido como antipapa. Ambos fueron exiliados a Cerdeña (Italia). San Ponciano renunció al pontificado junto a Hipólito para permitir a la Iglesia de Roma la elección de un nuevo pastor que fue el Papa San Antero.
 
El Papa San Silverio, que ocupó la sede petrina de 536 a 537, renunció por el bien de la paz y de la Iglesia, tras ser depuesto por el general bizantino Belisario.
 
En 654 renunció el Papa San Martín, tras ser depuesto y deportado. Su falta de oposición a la designación de Eugenio como Pontífice, se asumió como una renuncia de facto.
 
El Papa Benedicto IX, que reinó intermitentemente en tres ocasiones entre 1032 y 1048, tras renunciar se retiró al monasterio de Grottaferrata para hacer penitencia.
 
En 1294, el Papa Celestino V renunció al pontificado, consciente de su incapacidad para conducir los asuntos de la Iglesia.
 
El Papa Gregorio XII renunció en 1415, mientras que el último Papa en renunciar antes de Benedicto XVI fue Clemente VIII, en 1429.
 
Para leer el artículo completo sobre los Papas que renunciaron al pontificado, en la Enciclopedia Católica de ACI Prensa, puede ingresar a: http://ec.aciprensa.com/wiki/Papas_que_renunciaron_al_pontificado
 

San Clemente I (88-96)

San Ponciano(230-235)
 

San Silverio(536-537)
 


San Martin I(649-654)
 

 Benito IX (Reinó con intermedios entre 1032 y 1048)
 
Celestino V(1294)
 
 
 
Gregorio XII (1406-1415)
 
 
Clemente VIII (1423-1429)
 
 
 
Benedicto XVI (2005-2013)
 
  • Papa San Clemente I (88-96). Exiliado en el Ponto, Asia Menor, por el Emperador Nerva, renunció al Pontificado pero no sin antes indicar el nombre de Evaristo para sucederlo. Clemente padeció el martirio en 97. Se le arrojó al Mar Negro encadenado a un ancla.
 
  • Papa San Ponciano (230-235). Amigo y protegido del Emperador Hipólito de Roma, heredó el cisma de Hipólito de Roma, erigido en Antipapa. Ambos fueron exiliados en Cerdeña y forzados a trabajar en las mimas de Tavolato. Se reconciliaron, y ambos renunciaron al pontificado para permitir a la Iglesia de Roma la elección de un nuevo Pastor, que fue el papa San Antero.
 
  • Papa San Silverio (536-537) Hijo, él mismo, del papa Hormisdas, llegó a ser papa gracias al ostrogodo Teodato. Tuvo que enfrentar la oposición de los monofisitas y de la Emperatriz Teodora. Depuesto por el general bizantino Belisario, que puso sobre el trono pontificio a Vigilio, Silverio prefirió renunciar por el bien de la paz y de la Iglesua. Vigile fue, entonces, legitimado.

Papa San Martín I (649-654). Depuesto y deportado a Quersoneso Táurico, en 653, por el Emperador Constante II, amigo de los monotelitas, quien hizo elegir en su lugar a Eugenio, el 10 de agosto de 654. El Papa Martín no se opuso a esta designación, hecho que fue considerado como una renuncia de facto, que permitió que su sucesor reinara legítimamente.

Papa Benito IX (Reina intermitentemente en tres oportunidades entre 1032 y 1048). Descendiente de los omnipotentes Teofilactes y Crecencios, y sobrino de sus predecesores Benedicto VIII y Juan XIX, fue elegido a los 12 años ne 1032. Echado por el pueblo en 1036 y restablecido por el Emperador Conrado, fue despuesto, una vez más en 1044 y reemplazado por el antipapa Silvestre III. Para contrastarlo, Benedicto IX renunció en favor de su padrino Jean Gratien, a quien vendió el Pontificado. En 1047 , retomó el poder, pero un año después hizo entrega de la tiara debido a la intervención del Emperador Enrique III y se retiró al monasterio de Grottaferrata para hacer penitencia, hecho que permitió la elección del Papa Dámaso II.
 
  • Papa Celestino V (1294). Renunció al pontificado consciente de su incapacidad para conducir los asuntos de la Iglesia. Lo sucedió el Papa Bonifacio VIII. Murió en fumone en 1296.
 
  • Papa Gregorio XII (1406-1415). Papa de la línea urbanista o romana durante el Gran Cisma, cedió a las instancias del Concilio de Constanza y del Emperador Segismundo que querían que los tres papas rivales accediesen a ceder el poder para elegir un papa incontrovertible. Juan XXIII (antipapa de Pisa), fue depuesto lo mismo que Benedicto XIII, de la línea clementista o aviñonense. Este último no se sometió jamás y murió en Peñiscola en 1423. Gregorio XII, se convirtió en Angel, obispo de Porto, y los padres de Constanza le eligieron por sucesor al Papa Martín V, en 1415.
 
  • Papa Clemente VIII (1423-1429). Gil Sánchez Muñoz, arcispreste de Teruel y amigo del papa Benedicto XVIII, fue elegido para sucederlo en 1423. El papa Martín V, elegido en 1415 en Constanza, envió ante él a su legado Alfonso de Borja, para persuadirlo de abdicar en favor de la paz de la Iglesia, cosa que Clemente hizo solemnemente en el castillo papal de Peñíscola, el 26 de julio de 1429. Sus cardenales se reunieron en cónclave y eligieron al Papa Martín V, poniendo fin al Cisma de Occidente. El papa de Roma, le gratificó con el cardenalato y el arzobispado de Paleme en Mallorca, donde murió en 1446. La suya, fue la última renuncia a la tiara antes de la recentísima de Benedicto XVI.
 

Este es el comunicado con el cual el papa Benedicto XVI anunció su renuncia al sumo pontificado.

Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013.



DEL CODIGO DE DERECHO CANONICO
 




 
Art. 1
 
DE LA RENUNCIA
 
187 El que se halla en su sano juicio puede, con causa justa, renunciar a un oficio eclesiástico.
 
188 Es nula en virtud del derecho mismo la renuncia hecha por miedo grave injustamente provocado, dolo, error substancial o simonía.
 
189 § 1. Para que valga la renuncia, requiérase o no su aceptación, ha de presentarse, por escrito o de palabra ante dos testigos, a la autoridad a quien corresponde conferir el oficio de que se trate.
 
 § 2. La autoridad no debe aceptar la renuncia que no esté fundada en una causa justa y proporcionada.
 
 § 3. No produce efecto alguno la renuncia que necesita aceptación, si no es aceptada en el plazo de tres meses; la que no necesita aceptación produce su efecto mediante la notificación del renunciante, hecha según norma del derecho.
 
 § 4. Mientras la renuncia no haya producido efecto, puede ser revocada por el renunciante; una vez que lo ha producido, no puede revocarse, pero quien renunció puede conseguir el oficio por otro título.
 
DEL ROMANO PONTÍFICE
 
331 El Obispo de la Iglesia Romana, en quien permanece la función que el Señor encomendó singularmente a Pedro, primero entre los Apóstoles, y que había de transmitirse a sus sucesores, es cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra; el cual, por tanto, tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente.
 
332 § 1.    El Romano Pontífice obtiene la potestad plena y suprema en la Iglesia mediante la elección legítima por él aceptada juntamente con la consagración episcopal. Por lo tanto, el elegido para el pontificado supremo que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad desde el momento mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter episcopal, ha de ser ordenado Obispo inmediatamente.
 
 § 2.    Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie.
 
333 § 1.    En virtud de su oficio, el Romano Pontífice no sólo tiene potestad sobre toda la Iglesia, sino que ostenta también la primacía de potestad ordinaria sobre todas las Iglesias particulares y sobre sus agrupaciones, con lo cual se fortalece y defiende al mismo tiempo la potestad propia, ordinaria e inmediata que compete a los Obispos en las Iglesias particulares encomendadas a su cuidado.
 
 § 2.    Al ejercer su oficio de Pastor supremo de la Iglesia, el Romano Pontífice se halla siempre unido por la comunión con los demás Obispos e incluso con toda la Iglesia; a él compete, sin embargo, el derecho de determinar el modo, personal o colegial, de ejercer ese oficio, según las necesidades de la Iglesia.
 
 § 3.    No cabe apelación ni recurso contra una sentencia o un decreto del Romano Pontífice.
 
334 En el ejercicio de su oficio están a disposición del Romano Pontífice los Obispos, que pueden prestarle su cooperación de distintas maneras, entre las que se encuentra el sínodo de los Obispos. Le ayudan también los Padres Cardenales, así como otras personas y, según las necesidades de los tiempos, diversas instituciones. Todas estas personas e instituciones cumplen en nombre del Romano Pontífice y con su autoridad la función que se les encomienda, para el bien de todas las Iglesias, de acuerdo con las normas determinadas por el derecho.
 
335 Al quedar vacante o totalmente impedida la sede romana, nada se ha de innovar en el régimen de la Iglesia universal: han de observarse, sin embargo, las leyes especiales dadas para esos casos.
 
 
 
 
El Himno Pontificio
En el año 1950 en ocasión del Año Santo, Su Santidad Pio XII dispuso que la Marcha Pontificia de Charles Gounod (1818-1893) fuera el himno oficial del Vaticano, ejecutada por la primera vez como himno oficial el día 24 de Diciembre de 1949.
 

El Himno Pontificio
El Himno Pontificio


En el año 1950 en ocasión del Año Santo, Su Santidad Pio XII dispuso que la Marcha Pontificia de Charles Gounod (1818-1893) fuera el himno oficial del Vaticano, ejecutada por la primera vez como himno oficial el día 24 de Diciembre de 1949.



Con tal aprovación, la Marcha Pontificia como la llamó el propio autor (según otros, también Marcha Religiosa ) asumió el nuevo titulo Himno Pontificio que reemplazó al antiguo himno, compuesto por Vittorino Hallmayr en el año 1857 al estilo de la época.

Gounod, hombre de profunda fe, había compuesta la marcha en honor de Su Sandidad Pio IX para festejar el Jubileo Sacerdotal. Dicha marcha fue ejecutada por la primera vez, en presencia del Pontífice, el día 11 de Abril de 1869, interpretada por 7 bandas militares, en el recinto sagrado de la Basílica Vaticana. A pesar del éxito, no logró sustituir al antiguo himno de Hallmayr que había sido interpretado durante 81 años.
Letra en español:

O Roma inmortal, ciudad de mártires y santos,
O Roma inmortal, acepta nuestras alabanzas.
Gloria en los cielos al dios nuestro señor
¡Y paz a los hombres que aman a Cristo!
A usted venimos, Pastor angelical,
En usted vemos el Redeemer apacible.
Usted es el heredero santo de nuestra fe,
Usted es la comodidad y el refugio
de los que creen y luchan.
La fuerza y el terror no prevalecerán,
Pero la verdad y el amor reinarán.

El Granizo, O Roma,
Domicilio eterno de memorias;
Mil palmas y mil altares
Cante sus alabanzas.
Ciudad de O del Apostles,
Madre y guía del elegir,
Luz de las naciones,
¡Y esperanza del mundo!
¡El Granizo, O Roma!
Su voluntad de la luz nunca se descolora;
el splendour de su belleza
Odio y vergüenza de las dispersiones.
Ciudad de O del Apostles,
Madre y guía del elegir,
Luz de las naciones,
¡Y esperanza del mundo!


Letra: Antonio Allegra

Versión original italiana del texto compuesto por Mons. Antonio Allegra

Roma immortale di Martiri e di Santi,
Roma immortale accogli i nostri canti:
Gloria nei cieli a Dio nostro Signore,
Pace ai Fedeli, di Cristo nell´amore.

A Te veniamo, Angelico Pastore,
In Te vediamo il mite Redentore,
Erede Santo di vera e santa Fede;
Conforto e vanto a chi combatte e crede,

Non prevarranno la forza ed il terrore,
Ma regneranno la Verità, l´Amore.

Versión en inglés

O Rome immortal of Martyrs and Saints,
O immortal Rome, accept our praises:
Glory in the heavens to God our Lord,
And peace to men who love Christ!

To You we come, Angelic Pastor,
In You we see the gentle Redeemer,
The Holy Heir of true and holy Faith;
Comfort and refuge of those who believe and fight.

Force and terror will not prevail,
But Truth and Love will reign.


El himno Vaticano lo puede escuchar en la siguiente dirección:
http://www.vatican.va/news_services/press/documentazione/documents/sp_ss_scv/inno/inno_scv_musica.mid



*Partitura della riduzione per coro a 4 voci dispari di Alberico Vitalini con testo originale latino di Mons. Raffaello Lavagna
(1950 © Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano)
Partitura página 1
*Partitura página 2
*Partitura página 3
*Partitura página 4
*Partitura página 5
*Partitura página 6
*Partitura página 7
*Partitura página 8
*Partitura página 9
*Partitura página 10
*Partitura página 11






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2 comentarios:

  1. 332 § 1. El Romano Pontífice obtiene la potestad plena y suprema en la Iglesia mediante la elección legítima por él aceptada juntamente con la consagración episcopal. Por lo tanto, el elegido para el pontificado supremo que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad desde el momento mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter episcopal, ha de ser ordenado Obispo inmediatamente.

    § 2. Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie.

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  2. O Roma inmortal, ciudad de mártires y santos,
    O Roma inmortal, acepta nuestras alabanzas.
    Gloria en los cielos al dios nuestro señor
    ¡Y paz a los hombres que aman a Cristo!
    A usted venimos, Pastor angelical,
    En usted vemos el Redeemer apacible.
    Usted es el heredero santo de nuestra fe,
    Usted es la comodidad y el refugio
    de los que creen y luchan.
    La fuerza y el terror no prevalecerán,
    Pero la verdad y el amor reinarán.

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