Las implicaciones de la resurrección para nuestra vida
presente
Marcos 16 dice "Cuando pasó el día de reposo" es
decir el sábado, el Señor crucificado viernes, tercer día el domingo,
"cuando pasó el día de reposo María Magdalena, María la madre de Jacobo y
Salomé compraron especias aromáticas para ungirle" ungir el cuerpo del
Señor "y muy de mañana el primer día de la semana vinieron al sepulcro ya
salido el sol. Pero decían entre sí: ¿quién nos removerá la piedra de la
entrada del sepulcro? Pero cuando miraron vieron removida la piedra del
sepulcro que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro vieron a un
joven" un ángel evidentemente "un joven sentado al lado derecho
cubierto de una larga ropa blanca y se espantaron."
"Mas él les dijo: no os asustéis. ¿Buscáis a Jesús
Nazareno el que fue crucificado? Ha resucitado, no está aquí. Mirad el lugar
donde le pusieron, pero id y decid a sus discípulos y a Pedro que Él va delante
de vosotros a Galilea, allí le veréis como Él dijo."
"Y ellas se fueron huyendo del sepulcro porque les
había tomado temblor y espanto, ni decían nada a nadie porque tenían
miedo." Bendiga el Señor Su Santa Palabra. Padre encomendamos a Ti esta
meditación ahora, bendícenos en ella y permítenos hacerle justicia a tan
maravilloso relato para gloria de Tu Nombre y edificación de Tu pueblo, amén y
amén.
Hermanos la resurrección es el hecho culminante, es el hecho
culminante del drama de la salvación que comienza en el mismo huerto del Edén.
El viernes pasado hace un par de días hablábamos acerca de esa Palabra del
Señor Jesucristo final mientras estaba en la cruz: "consumado es". Y
decíamos que ahí en la cruz el Señor derramando Su sangre estaba como poniendo
el punto final a todo un drama que había comenzado inclusive antes de la
fundación del mundo cuando Dios concibió toda la historia de la humanidad
incluyendo la caída en el huerto del Edén y la resurrección, la redención que
habría de seguir como resultado del Ministerio de Jesús.
Pero cuando Cristo resucita de entre los muertos es como la
joya que está sobre la corona. Es el momento culminante. Porque sabemos que si
Cristo se hubiera quedado en la tumba y no hubiera resucitado hubiera sido
simplemente un mártir más, un gran genio espiritual, un profeta venido de Dios.
Pero lo que distingue al cristianismo es precisamente su insistencia en que el
fundador de nuestra fé y el fundamento de nuestra creencia no está muerto sino
que está vivo. Ha resucitado, ha vencido la muerte. Ha hecho lo que ningún otro
ser humano habría podido hacer. Está vivo y vive entre nosotros, y vive y reina
sobre toda la creación.
Ese hecho de que Cristo ha resucitado de entre los muertos y
que nosotros también podemos aspirar a nuestra propia resurrección por medio de
Su resurrección es el hecho central, es la afirmación central de toda la
cristiandad. Tenemos que recordar eso. De hecho los discípulos entendieron esto
y si usted busca en Hechos capítulo 22 allí se dice que los discípulos
escogieron un apóstol adicional que reemplazara a Judas y dice: "para que
fuera testigo de Su resurrección."
Fíjese qué interesante ¿no? ellos se veían como testigos de
la resurrección entre las muchas cosas que Dios los había llamado a hacer, la
resurrección era central en la mentalidad de los discípulos y de hecho si usted
lee el Libro de los Hechos usted ve esa idea como que el argumento apologético
más poderoso que los discípulos podían aducir para presentar a Jesús como el
Mesías era precisamente: ese que ustedes crucificaron Dios lo ha resucitado. Y
esa es la prueba de que Él es quien dice que Él es.
La resurrección es tan importante en la vida del
cristianismo que dice el apóstol Pablo en Primera de Corintios 15:14: "que
si Cristo no resucitó vana es nuestra predicación, vana también es vuestra fé."
Es algo absolutamente esencial para toda la teología y toda la fé cristiana.
Ahora mi punto en esta meditación es el siguiente hermano
porque me gusta ir a las cosas prácticas. Ok ¿qué quiere decir eso para mí hoy
en el siglo XXI, en este día que yo estoy viviendo, esta semana que he de
vivir, la semana que acabo de vivir, mis luchas, mis tribulaciones, mis
pruebas, mis aspiraciones, mis sueños ¿qué quiere decir eso en última
instancia? Porque yo sé que claro que si la resurrección de Cristo quiere decir
que un día yo voy a resucitar de entre los muertos y la eternidad está
asegurada.
Pero ¿sabes qué? que la resurrección tiene implicaciones
para hoy, para ti y para mí, para el aquí y para el ahora también. La
resurrección no es sólo un hecho histórico, una gran declaración teológica sino
que también tiene implicaciones para nuestra vida presente y eso es lo que a mí
más me interesa señalar. Cómo vivir ahora y aquí en el poder de la
resurrección, en lo que Cristo ha hecho posible a través de ese acto misterioso
que es la resurrección.
Y lo que yo enfatizar a tu vida en esta tarde o en esta
mañana es que todo creyente y di: ese soy yo, todo creyente entra en una nueva
dimensión al entrar en la vida cristiana recuerda eso. Cuando tú entregas tu
vida al Señor, cuando tú lo invitas a entrar a tu corazón, cuando tú lo haces a
Él Salvador, Señor de tu vida, cuando tú afirmas que Él es quien Dios dice que
Él es. Cuando tú haces eso algo sucede en el mundo espiritual. Se da una
transacción judicial espiritual y es que tú entras en la dimensión de la
resurrección. Tú entras en una nueva zona.
Te vas a seguir moviendo en el tiempo y el espacio donde
estás pero en el ámbito del espíritu se da algo y es que ahora tú tienes como
una cobertura diferente dentro de ti. Hay una atmósfera nueva, tú pasas a
asumir una nueva identidad. Se te imputa una nueva naturaleza, una nueva
potencialidad que está ahora dentro de ti y aún mientras tú te mueves en los
eventos y las circunstancias de la vida pero a la misma vez también te estás
moviendo espiritualmente en una dimensión de poder, una dimensión de victoria,
una dimensión de potencialidad que yo llamo la dimensión de la resurrección.
La resurrección es el símbolo máximo de Cristo, de nosotros
sobre todo lo negativo de la caída, de lo cual sabemos que la muerte es el
máximo representante. La muerte es como la puerta final, es la última
declaración del diablo y del pecado de que tú eres un ser caído, de que habitas
un mundo triste y caído. La resurrección desmiente todo eso, la resurrección
choca contra esa afirmación definitiva de la muerte, del pecado, de la caída.
La muerte de Jesús yo diría que fue, en inglés se habla de un encuentro de poder entre dos Reinos, entre la
luz y las tinieblas.
¿Y sabes qué? dice la Biblia que las tinieblas fueron
derrotadas por el poder de la resurrección, por la cruz que fue la antesala de
la resurrección. Cuando el Señor resucita es como la última lucha final, es la
última declaración de que Dios tiene más poder que el diablo y que el pecado y
que la muerte, y que el mundo caído y que la historia con toda su inercia. Y
desde que Cristo resucita todo creyente entra en una nueva dimensión, la
dimensión luminosa de esperanza, de gozo, de victoria en medio de las
circunstancias y más allá de las circunstancias que se llama la vida en Cristo
Jesús.
Colosenses 1 versículos 12 y 13 el apóstol Pablo declara
allí que: "El Padre nos hizo aptos por medio de Cristo Jesús" dice
"para participar de la herencia de los santos en luz." ¿Sabías tú que
tú tienes una gran herencia? Tú quizás crees que estás arrancado y que no
tienes un sólo centavo en tu cuenta pero no, tú tienes una gran herencia, la
herencia del Padre, la herencia que Cristo dejó, la herencia de los santos, de
todos los que entran en la dimensión de Cristo Jesús.
Dice que Cristo nos ha librado de la potestad de las
tinieblas. Óigame si usted entendiera eso y yo diríamos: gloria a Dios,
aleluya. Nos ha librado de la potestad de las tinieblas, tú no estás bajo el
gobierno de Satanás créelo. Yo creo que mucho de la lucha del cristiano está en
llegar a creer eso, que nuestra mente sea transformada. Porque nosotros vivimos
bajo el dictado de la biología que me dice que yo estoy solo y que tengo que
luchar a dientes y uñas con todo lo de la vida, y que si yo no lo hago nadie lo
va a hacer. Pero la resurrección te dice: no, Dios te ha librado de la potestad
de las tinieblas. Tú no estás bajo el gobierno del diablo.
Tú no estás ni siquiera bajo el gobierno de la gente y no
estás bajo tu propio gobierno inclusive, tú estás bajo la potestad del Hijo de
Dios, del Reino de Dios, de la resurrección. Dice también que en ese mismo
pasaje que: "Cristo nos ha trasladado de la potestad de las tinieblas al
Reino de Su amado Hijo."
El hombre, la mujer que no está en Cristo, que no conoce a
Jesús habita y se mueve administrativamente, espiritualmente en el Reino de las
tinieblas. Pero cuando entra en Cristo es trasladado al Reino de la luz, al
Reino de la resurrección. Y eso es lo que nosotros tenemos que entender. Mucho
del crecimiento en la vida cristiana depende de que nosotros podamos hacer esa
transición mental; por eso la Biblia habla de que tenemos que renovarnos hasta
llegar a la transformación de nuestro entendimiento.
Cada día tenemos que decir: Señor ayúdame a creer más en Ti,
ayúdame a vivir más; ayúdame a cambiar mi mentalidad, mi forma de pensar. Yo no
soy una hormiguita allí que en el cualquier momento me van a pisar y me van a
dejar sin cabeza, yo soy un hijo de Dios, habito en el poder de la
resurrección; tengo el poder de Dios dentro de mí, tengo el Espíritu de Dios
dentro de mí, eso me ayuda a seguir adelante, me ayuda a vencer, yo habito en
el poder de la resurrección.
Efesios capítulo 1 versículo 3 afirma que: "El Padre
nos bendijo" nos bendijo en pretérito pasado "nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo." Y Efesios
1:19-20 declara que: "El mismo glorioso poder que levantó a Cristo de los
muertos ahora opera en nosotros los que creemos." Tienes que entender eso
que tu poder, el poder que tienes no es el de un motor Volkswagen ahí
destartalado, es el poder de un tanque de guerra Bradly; es la fuerza motriz de
Cristo Jesús mismo.
Sin embargo hermanos vemos que muchos creyentes para muchos
cristianos esta maravillosa noticia de que vivimos en el poder de la
resurrección todavía no les ha resplandecido, nuestra mente no ha sido renovada
para entender que ahora nosotros caminamos en un territorio diferente. Nuestra
mente muchas veces no ha hecho el ajuste y todavía no entendemos las
implicaciones completas del hecho de la resurrección para cómo enfrentar los
obstáculos de la vida. Y este pasaje Marcos 16:1 al 8 expresa esto en una forma
concisa y dramática. Nos recuerda que la resurrección ha inaugurado una nueva
era de poder y efectividad para todo creyente y nos enseña cómo movernos en la
complejidad de ese poder.
Hay cuatro cosas que yo quiero señalar a la luz de esto que
estoy diciendo en esta mañana, escuche estas verdades y yo las voy a elaborar
entonces brevemente. Este pasaje nos muestra que el poder de la resurrección ya
es nuestro. Ponga énfasis en la palabra ya. El poder de la resurrección ya está
en mí, ya se mueve dentro de mí, ya es una realidad en mi vida. Número dos ese
poder de la resurrección opera por fé y no por vista. Eso es bien clave porque
si tú miras alrededor es muy diferente la cosa pero tú tienes que creerlo,
tienes que creer que es tu fé la que lo activa no las circunstancias alrededor
de ti.
Algo bien importante es que ese poder de la resurrección no
es para los dotados sino para los esforzados. No es para los dotados, para los
que ya nacieron con una cantidad de recursos y dones y talentos, y un pedigree
familiar o educativo muy, no, no. No es para los dotados, es para los
esforzados. Los esforzados y valientes. Es una cosa que continuamente nos dice
la Palabra.
Bien importante en esto es que el Cristo que encarna ese
Poder va siempre delante de nosotros, va siempre delante de nosotros en toda
circunstancia de la vida y vemos ese primer punto, el poder de la resurrección
ya es nuestro. Estas mujeres que nos presenta aquí Marcos 16 van tristes. Van a
una misión de derrota. Van a embalsamar y ungir con especias aromáticas el
"cuerpo" entre comillas de su mártir que ellos pensaban que era
verdaderamente el Mesías pero que ahora están convencidas que no lo era a pesar
de lo bueno y lo noble, y lo buen maestro que era y a pesar inclusive de los milagros
que había hecho pero ellas pensaron que la muerte lo venció y que su rabino lo
van a ir simplemente a preparar Su cuerpo para que se vaya deshaciendo poco a
poco.
Y en esto estas mujeres que van a embalsamar un cuerpo que
ya no está allí porque ha sido vivificado por el Poder del Padre, en esto, en
esta percepción fallida estas mujeres se parecen a mucha gente piadosa. Aman a
Dios, aman a Cristo, han entregado sus vidas al Señor pero no saben del Poder
que hay en el hecho de que somos hijos de Dios, miembros de esa estirpe
regenerada, que habitamos y que tenemos recursos alrededor de nosotros que
Cristo hizo posible por medio de Su resurrección. Viven la vida a medias no
entendiendo la plenitud.
Viven como esos discípulos que registra el Libro de los
Hechos creo que en el capítulo 18 cuando Pablo se acerca a ellos y les dice:
¿Ustedes fueron bautizados en el Espíritu Santo? y ellos le dicen: ni siquiera
sabemos qué es el Espíritu Santo. Hay tanta gente así; aman a Dios, son
discípulos de Jesucristo pero no saben que hay un componente adicional de poder
que el Padre quiere darnos para que vivamos en ese poder. Hay un elemento
adicional que tú recibes cuando tú recibes el Espíritu Santo dentro de ti, los
dones del Espíritu vienen a ser parte de tu herencia. Tú no estás solo, la
energía del Señor te ayuda.
Dios no cambia el mundo alrededor de ti necesariamente pero
te cambia a ti para que tú tengas victoria sobre el mundo. Por eso es que
Cristo dice: Yo he vencido al mundo. Cuando el cambio se da dentro de ti las circunstancias
tienen que ajustarse a ti. Eso es lo que yo he visto una y otra vez en mi vida.
Yo no me tengo que preocupar tanto por recursos que haya o
no haya, yo lo que quiero es estar seguro de que estoy en la Voluntad de Dios.
Si estoy en la Voluntad de Dios las circunstancias van a tener que arreglarse
de una manera u otra. Si estoy en la Voluntad de Dios las circunstancias van a
tener que arreglarse de una manera u otra; va a tomar tiempo, voy a luchar lo
que sea pero las circunstancias se van a alinear alrededor de mí. Porque no por
mí sino por el Cristo que está dentro de mí.
Entonces estas mujeres no saben que su Maestro en realidad
sí ya está vivo, ellas van en una misión de derrota. Ellas todavía están en la
dimensión negativa pero el mundo espiritual ha cambiado. No recuerdan como
tanta gente ¿no? que la Palabra de Dios dice que: "Dios no nos ha dado
espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio."
Las mujeres van temerosas preguntándose: ¿quién nos removerá
la piedra? Están enfocándose en el problema. Están enfocándose en los
obstáculos, ellas saben que el cuerpo del Señor fue metido en una cueva como
las costumbres de ese tiempo para la gente rica porque el Señor a pesar de
haber sido pobre en el sentido material de la palabra era rico evidentemente en
poder, evidentemente pero Él se ajustó a ciertas cosas y fue enterrado en una
tumba prestada de un hombre rico; pero había una piedra que había sido rodada
sobre la entrada a la tumba, una piedra demasiado fuerte para ellas poder
quitarla para tener acceso a su Maestro.
Ellas van las pobres pensando: ¿quién nos removerá la
piedra?. Qué interesante eso y no me quiero adelantar al sermón pero yo les doy
a estas mujeres un tremendo crédito, de que aunque ellas no sabían cómo se iba a
resolver el problema de todas maneras iban para allá. Yo le digo hermano es una
cosa bien importante, aunque tú no sepas todos los detalles del proyecto que
vas a emprender si Dios te ha dicho: ve, lánzate en el Nombre del Señor Dios
abrirá el mar delante de ti.
Mucha gente espera a tener la solución a su problema y tener
todo allá bien escrito, bien planificado, el presupuesto hecho. Usted tiene que
lanzarse; si es de Dios usted láncese, camine. En el proceso usted va a
aprender, se va a perfeccionar, se va a equivocar pero Dios lo va a llevar a la
meta porque fiel es el que prometió. Yo alabo a estas mujeres porque a pesar de
que no sabían cómo se iba a resolver su problema y pensaban que tenían un
problema pero no lo tenían porque ya Dios lo había resuelto, ya la piedra esa
había sido removida pero ellas todavía están en la realidad esta ¿no? de su
derrota.
Esa piedra para mí es símbolo de todo lo que nos impide
triunfo o gozo en nuestras vidas, lo que nos impide acceso a la verdad ahora
revelada de Dios de que Cristo está resucitado. Esa piedra era como un
obstáculo allí que les impedía entrar en esa cueva donde el poder de Dios se
había manifestado en plenitud. Esa piedra es tu problema, esa piedra es tu
matrimonio difícil, esa piedra es tu lucha con tu mente contra la depresión,
contra la ansiedad, contra la baja autoestima; el recuerdo del abuso sexual que
recibiste o el abuso de tus padres en una niñez destruida.
Esa piedra es tus ataduras mentales con las cuáles luchas.
Esa piedra es tu falta de educación que quieres superar pero no sabes cómo. Esa
piedra es madre soltera, tus hijos adolescentes que ahora ya se están haciendo
hombrecitos y tú no sabes cómo trabajar con ellos y cómo ayudarlos en la
formación de su masculinidad y están allí ellos dando golpes y haciendo cosas
que no son de vida porque quieren afirmarse, y tú quieres ayudarlos pero no
sabes cómo. Esa piedra es tu trabajo que Dios te ha dicho que hay algo más para
ti pero tú no sabes cómo ascender al próximo nivel.
Esa piedra puede ser el hecho de que has tratado de aprender
inglés pero cuando has probado no has podido y fracasaste el examen, fracasaste
y ahora no quieres volver. Es tu examen de manejar que has fallado tres, cuatro
veces pero Dios te dice: sigue adelante; la piedra Yo la he removido en el
espíritu, Yo lo he declarado ya. Yo llamo las cosas que no son como que son
ahora tú muévete en ese poder, sigue, prueba, Yo voy a quitar la prueba en lo
material porque ya Yo la he quitado en lo espiritual.
Esa piedra es cualquier cosa que te impide entrar en lo que
Dios ya ha hecho judicialmente, espiritualmente en tu vida. Mateo 28:2 dice
que: "El ángel" aquí no está ese detalle en Marcos pero el paralelo,
el evangelista Mateo en su relato paralelo a éste dice que: "llegó un ángel"
Mateo 28:2 "removió la piedra y se sentó sobre ella." ¿Por qué se
sentó el ángel sobre ella, porque se había cansado después de empujarla? no, yo
creo que ese ángel la miró y le dijo: muévete y la piedra dijo: sí señor y se
movió. No, se sentó como una señal de victoria y de poder.
Se sentó sobre la piedra como una afirmación de que la
inercia de la vida había sido vencida y que el poder de Dios es más grande que
cualquier obstáculo, que cualquier impedimento que se interponga entre ti y el
futuro luminoso que Dios tiene para tu vida.
Cuando nosotros transformamos nuestro entendimiento y
entendemos el poder que ha sido delegado del cielo sobre nuestras vidas para
que lleguemos a las metas de una vida superada, todo lo que necesitamos hacer
es entonces lanzarnos en una jornada de fé a encontrar eso que Dios nos ha
dicho que es nuestro. La victoria ya está segura, el proceso es otra cosa. El
proceso glorifica a Dios y a ti te va a hacer más fuerte.
Lo que creemos hermanos, lo que nosotros creemos determinará
lo que consideremos posible y lo que emprendamos. Y lo que creamos que es
posible determinará nuestro triunfo y lo que se haga realidad en nuestras
vidas. Muchos cristianos vivimos del plato a la boca porque no entendemos que
somos príncipes en realidad, princesas que caminamos en el maravilloso Poder de
la resurrección. El Cristo que está en nosotros y que nos ha dicho: Yo he
vencido al mundo, confiad; Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo, no
temas porque Yo te he dado la victoria, Yo te he dado el Poder.
Hermanos yo creo que en realidad no hay tanto que pedirle
poder a Dios como aprender a moverse en el poder que ya tenemos. En un sentido
podríamos decirlo así, no hay nada como decirle al Señor: dame poder pero yo
creo que sería más bíblicamente correcto decir: Señor ayúdame a entender todo
el poder que está dentro de mí para que yo pueda entonces realizarlo en mi vida
y moverme en ese poder, y convertirlo de potencial a actual.
Entonces vemos esto claramente ¿no? que el poder de la
resurrección ya está dentro de ti. Todos los días tómate una cucharada de
resurrección, todos los días tómate una cucharita de resurrección. Entonces es
importante, nos vemos en el poder de la resurrección.
En segundo lugar el poder de la resurrección opera por fé y
no por vista, opera por fé y no por vista. Como yo decía hace un momento a su
crédito estas mujeres tienen el hecho de que no dejaron que su duda les
impidiera ir hacia la tumba con las especias aromáticas. Ellas no sabían cómo
iban a entrar pero ellas van. No están mirando, aunque miran las circunstancias
pero hay algo de ellas que las anima a seguir adelante. Imagínese si ellas
hubieran dicho: ¿sabe qué? imposible, esa piedra no puede ser removida así que
quedémonos en casa y vamos a ver qué pasa.
Ellas trascendieron eso. Si se hubieran quedado en casa
hubieran perdido la gran bendición de lo que atestiguaron. Como yo digo
frecuentemente la vida nos rodeará de obstáculos y circunstancias negativas que
parecerán desmentir esa nueva dimensión en la cual nosotros ya en realidad
habitamos.
Déjeme leer brevemente, hay una meditación que Ernst Diehl
de hecho puso hoy en nuestra página concerniente a esto de la resurrección y
esto fue una meditación que yo escribí hace tiempo o que enuncié en un sermón
hace mucho tiempo porque estas verdades se repiten una y otra vez en diferentes
maneras, pero escuche esto acerca de las circunstancias y de la fe, y de los
procesos que intervienen y que es por fe, no por lo que tú veas alrededor de
ti. Porque lo que tú veas alrededor de ti quizá no refleja la realidad que Dios
ya ha creado en el nivel espiritual, o lo que Dios ya ha declarado para ti, la
visión que Él tiene para ti, tú todavía estás acá en el momento, en el inicio o
en el medio del proceso pero ya Dios tiene otras cosas por delante, un final
que tú vas a llegar a él.
Pero tienes que saber que hay que pasar por un proceso y es
donde los cristianos a veces tropezamos, es en el proceso que desmiente muchas
veces. Digo aquí este pasaje nos introduce a lo que yo llamo el momento intermedio
de la resurrección. La resurrección de Jesús era ya un hecho pero todavía no se
había dejado sentir en todas sus manifestaciones públicas. Había sucedido algo
que cambiaría la historia para siempre pero nadie se había enterado de ese
hecho todavía. Era una realidad ontológica para usar una palabra de domingo,
era una realidad real pero no había un observador que la constatara y que fuera
testigo de esa realidad.
Y yo quiero decirte que cuando Dios hace cosas grandes en
nuestra vida y todavía no nos hemos dado cuenta de que Él las ha hecho y
continuamos viviendo como si Él no las hubiera hecho estamos perdiéndonos de un
gran recurso para nuestras vidas. Cuando Dios hace cosas transformadoras a
veces en nuestra vida, a veces en la historia. Yo creo que Dios ha hecho algo
grande en la historia ahora. El mundo no se ha percatado todavía pero yo creo
que estamos en un tiempo preñado para que el poder de Dios se manifieste en
esta ciudad y en este mundo. Ya Dios ha dado la Palabra y ahora estamos
trabajando; construyendo obras, preparando espacios, declarando palabra por fé
como Noé.
Dios ha dicho va a llover y yo creo que Él va a llover y me
voy a construir un arca para que cuando llueva pueda contener pero hay más
todavía que Dios tiene aunque no lo vemos. Pero muchas veces Dios ha hecho
grandes cosas, ha declarado cosas transformadoras en nuestra vida, en la
historia y Él las hace soberanamente y en el mundo espiritual eso ya es una
realidad innegable, es una estructura del universo. Pero todavía en el mundo
del tiempo y del espacio, en las circunstancias eso no se ha hecho patente, no
se ha hecho totalmente observable y real.
Y ¿qué pasa en ese tiempo intermedio, en ese tiempo en que
Dios da Su Palabra y eso se transmite al mundo nuestro y nosotros nos
percatamos de ello, no nos percatamos todavía qué pasa en ese tiempo
intermedio? ese tiempo desierto, ese tiempo de definición, ese tiempo de limbo
en un sentido. Tenemos que meditar en eso, eso es lo que yo llamo el tiempo de
la fe, en lo que Dios hace lo que Él dice que va a hacer a nivel observable. A
veces Dios hace cosas trascendentales en el ámbito de Su Espíritu, de Su Reino,
de la eternidad, en el cielo. A veces Él hace cosas transformadoras en el
mundo, opera sobre la realidad pero se toma algún tiempo para que ese hecho de
Dios se transmita al ámbito en que nosotros vivimos, al ámbito del tiempo y del
espacio.
La Biblia nos dice que el Reino de Dios ya está dentro de
nosotros, en medio de nosotros sin embargo nosotros sabemos que la historia
continúa todavía con su locura, todavía los niños mueren prematuramente,
todavía hay guerras, todavía hay explotaciones en el mundo, hay enfermedad. Hay
un tiempo de desconexión y ajuste entre el acto de Dios en el ámbito espiritual
y la manifestación plena de las consecuencias de ese gesto de Dios, de esa
acción de Dios en el ámbito del tiempo y del espacio.
Muchas veces Dios da una Palabra pero se toma tiempo para
que esa Palabra se cumpla en el ámbito de la realidad. Y ese tiempo de
desconexión entre lo que Dios ha dicho y que se haga eso patente en el tiempo y
el espacio eso es lo que yo llamo el ámbito de la fé. Y nosotros estamos
viviendo en una manera u otra siempre en ese territorio a través de nuestras
vidas.
El Señor había hecho algo poderosísimo, había resucitado a
Su Hijo. Esa tumba fue iluminada con una luz poderosa pero no había nadie que
lo viera todavía. El milagro se dio pero hubo un tiempo hasta que hubo gente
que se percató de ello, mientras tanto vivieron en el tiempo como de tristeza,
de luto, de decepción, de sentirse que Dios no había hecho todo lo que les
había prometido. Entonces vemos esto ¿no? que a veces Dios hace cosas
trascendentales en el ámbito espiritual y Dios sí pero se toma tiempo para que
ese milagro se efectúe porque Dios obra sobrenaturalmente a través muchas veces
de lo natural, y lo vemos repetidamente. Es un secreto que yo he aprendido de
la vida.
Cuando yo le pido a Dios algo yo creo que Dios lo declara
pero hay un tiempo entonces hasta que se haga real. ¿Recuerdan ustedes cuando
el Señor maldijo la higuera? le dijo: nunca más crezca fruto de ti. ¿Qué pasó?
la higuera siguió igualita que como estaba al inicio, pero al final del día cuando
ellos volvieron por el camino los discípulos dijeron: wow maestro, la higuera
que Tú maldijiste ¡se secó! ¿por qué? porque cuando el Señor dijo: nunca más
crezca fruto de ti en la raíz misma de la higuera vino la muerte pero se tomó
tiempo para que la higuera se secara.
Cuando usted compra unas flores ¿verdad que se toma a veces
un par de días para que las flores se sequen completamente? pero ya desde que
fue arrancada, cortada del tallo el proceso de la muerte había comenzado, pero
se toma tiempo y así pasa con las cosas positivas. Dios las declara pero
entonces tienen que darse unos procesos internos, una reconstrucción del ser,
de la mente. Dios te ha dicho: tú eres un guerrero, tú eres un Pastor, tú eres
un Predicador, tú eres una consejera, tú eres una mujer poderosa, tú eres una
anciana de Mi Iglesia. Y no es que Él te toca con una varita mágica y que
mañana tú vas a ser ya un gran dechado de virtudes, se va a tomar tiempo pero
tú tienes que creer.
Estas mujeres no entendían eso ¿no? ya Cristo había
resucitado pero todavía nadie lo había percibido, pero ellas iban a
testimoniarlo. Eso es el proceso de la fé. Muchas veces las cosas se toman, y
es por fé no por vista. Si tú te llevas de lo que tú eres ahora nunca vas a
llegar a ser todo lo que Dios quiere que tú seas.
Si te llevas de las circunstancias, de las dificultades, si
te llevas de lo poco que tienes ahora. A mí me habló ese pasaje esta mañana, mi
propia predicación vino a mí para fortalecerme y bendecirme, porque hay cosas
que Dios habla a nuestro corazón y se toma tiempo y tú lo esperas durante años,
y la tentación es a decir: ¿sabes qué? ya esto no es para mí pero Dios lo dijo
y Dios lo ha de hacer.
Le predijo a Abraham a los 75 años que iba a tener un hijo y
se lo dio a los 100, y después se lo quiso quitar, no se lo quiso quitar pero
hizo que se lo iba a quitar y se lo devolvió otra vez pero eso es la fe, por
eso es que Abraham es padre de la fe. Entonces la resurrección y el poder es
una cosa de la fé, hay que seguir adelante. Dejémoslo allí.
El tercer punto: el poder de la resurrección no es para los
dotados sino para los esforzados. ¿Por qué digo esto? porque si usted piensa en
el relato de la resurrección, lo natural hubiera sido, el script, el guión de
la película hubiera exigido que los hombres fueran los que estuvieran allí para
ser testigos de la resurrección. Hermanos varones perdónenme por un momentito
aquí. Ese era el relato normal de la historia y de la cultura hebrea, y de la
religión judía y de todo, eran los hombres quienes tenían que estar allí para
testimoniar esto y los sacerdotes, etc.
Pero no eran los hombres. Los hombres estábamos aplatanados
y atemorizados pensando que la CIA iba a venir a llevarnos presos porque el
cabecilla de nuestra secta había sido descabezado, destruido. Estaban
descorazonados, desalentados, cada uno ya dijeron: vamos a nuestro negocio y ya
estaban pescando, creían que tenían que volver a sus quehaceres porque nada
había cambiado. Pero son las mujeres, las descastadas, las no dotadas en este
caso porque es que el Evangelio es muy detallista.
Dios quiere decirnos eso. Y una y otra vez una de las cosas
grandes de la Biblia es que los de adentro, no son los que llegan a las cosas,
siempre son los de afuera. Dios tiene una preferencia por el pobre, el débil,
el descalificado, el que parece que no tiene ningún recurso ni ninguna
credencial. Eso es algo que se repite continuamente.
Piense en David, piense en Gedeón. Hay tantos pasajes,
tantos. A Dios le encanta sorprendernos escogiendo la gente más débil, más
pobre, menos calificada, menos prometedora. Eso es una de las constantes, uno
de los valores constantes de la Escritura. Porque no es con espada ni con
ejército sino es con Mi Poder dice el Señor. La victoria no es del fuerte ni
del más ágil ni del más rápido dice la Palabra del Señor, es del que se mueve
en el Espíritu de Dios, el que se gana el favor de Dios; el que paga el precio,
el que busca la gracia del Señor, el que entra en los secretos del poder que
tiene que ver con un corazón entregado y no con un cuerpo superdotado, recuerda
eso ni con un pedigree educativo ni nada que se parezca.
Estas mujeres habían estado con Jesús durante todo el
proceso y se quedaron con Él cuando todos los demás se habían acobardado.
Entonces la Biblia nos dice que el Reino de los cielos se hace fuerte y los
valientes son los que lo arrebatan. Dios ha declarado Su Poder pero sólo
aquéllos que lo toman por fé se hacen partícipes de ese Poder.
Muchas personas creen aquí mismo entre nosotros, hay gente
que cree que no tiene nada que ofrecerle al Señor. Unos dicen: no tengo dones,
no voy a seminarios, no hablo inglés, no tengo dinero, soy indocumentado, soy
nuevo en el Evangelio, tengo poca educación, soy una madre soltera, tengo
demasiados problemas, póngale lo que usted quiera ahí. Mucha gente vive
hermanos cociéndose en su propio jugo de incapacidad, de descalificación, de
pasado terrible y triste, de pocos dones, la inercia de la vida, la piedra de
la vida que se ponen sobre el triunfo y piensan: yo no puedo. Pero la Palabra
dice entrega tu debilidad al Señor y de tu debilidad el Señor sacará algo
poderoso.
No vivas en la limitación, vive en la posibilidad. Dios se
glorifica en tornar algo pequeño algo grande. Todo depende de nuestra fé y de
nuestra disposición a creer. No mires tus debilidades, no mires ni siquiera lo
que te descalifica.
Miren cuando Pedro, a mí me cautiva eso cada vez que lo leo.
La delicadeza de Dios cuando el ángel le dice a las mujeres: "díganle a
los discípulos y a Pedro." Óigame qué Dios más detallista. En el momento
más sublime, más grandioso de la historia del universo, uno de los momentos de
proporciones cósmicas del universo el corazón de Dios está preocupándose por
Pedro que le había fallado al Señor y que pensaba: yo estoy descalificado ya,
ya no puedo aspirar a caminar otra vez con mi Maestro.
Pero el Señor dice: no te preocupes. Tu limitación no te
descalifica, al contrario: era necesaria, era una hojita que había que poner en
tu récord para Yo poder usarte. Tu descalificación es tu calificación, tu
credencial. Tu imposibilidad abre la puerta para la posibilidad de Dios. Tu
limitación es lo que Él necesita para Él glorificarte. Tu problema es la
perfecta plataforma para que Dios la use para hacer de ti un testigo del poder
de la resurrección en tu vida. No mires tus limitaciones. Mira ese padre que se
goza en hacer habitar en familia a la estéril.
Finalmente con esto simplemente quiero dejarles a ustedes
antes de que ustedes vayan para sus casas, porque allá afuera le espera el
cuco, cuando usted salga de aquí va n hasta allá afuera esperándole ¿sabe?.
Cuando usted salga por esa puerta va a haber un diablito allá afuera va a haber
un diablito allí diciéndote: ahora vamos a ver qué es que tú vas a hacer con lo
que dice el Pastor Miranda.
Tú vas a tener que regresar a la conversa que tienes allí en
tu trabajo, vas a tener que regresar a tus limitaciones, a tu matrimonio
fuerte, vas a tener que regresar a tu enfermedad que te está mirando a la cara
a ver si vas a maldecir a Dios y te vas a echar a morir; vas a tener que
regresar a tu situación financiera difícil, vas a tener que regresar a
renunciar a tus aspiraciones de una carrera que demanda mucho de ti; vas a
tener que regresar a tu falta de calificaciones que tú necesitas para el
trabajo o el aumento para comprar esa casa, vas a regresar a tu condición de
indocumentado y preguntarte qué va a hacer Obama, si lo va a hacer o no lo va a
hacer. Tú tienes que volver a la realidad.
Estas mujeres de ese momento glorioso y de esa tumba que
reflejaba el poder de Dios iban a tener que salir de allí, porque el ángel les
dice: vayan ahora y testifíquenle a los discípulos y a Pedro. En un sentido es
como: mira no se queden aquí y hagan tres tiendas, no usted tiene que regresar
ahora a decir esto que ha sucedido. Tiene que regresar a gente que está
desmoralizada, cansada y en derrota y decirles: hey, a levantarse porque Cristo
ha resucitado. Tenían que volver a sus tareas de la vida hermanos.
Y allá afuera ahora les esperan familias que necesitan
escuchar que Cristo ha resucitado. En su trabajo usted tiene que testificar,
hay retos por delante. Usted no se puede quedar aquí en este lugar bonito, todo
el mundo bien perfumadito y bañado, no. Usted tiene que regresar a la vida
ahora y el Señor te da unas tareas, di que Yo he resucitado, vive como que Yo
he resucitado. Lánzate otra vez a trabajar con esos muchachitos mocosos ahí que
tú cuidas. Ponte a enseñar a esos adolescentes terribles que se ríen de los
maestros y con ese sistema incrédulo con el cual tú trabajas.
Ponte a bregar con los retos de tu carrera, de tu noviazgo,
de tu lucha con tu mente y de tus ataduras emocionales. El Señor dice: vete
ahora pero Cristo va delante de ti, eso es lo bueno. Dice el Señor va delante
de vosotros, el Señor los espera ¿usted entiende? están los diablitos pero el
Señor está allá afuera listo para darte el fuetazo para que te ajustes.
El Señor va contigo, el Señor está dentro de ti. Dice: el
Señor va delante de vosotros. Pueblo de Dios, Congregación de Judá Cristo va
delante de ti. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo no
importa qué demonio se levante contra ti, si el Señor es contigo nadie contra
ti. Más fuerte es el que está en ti que el que está en el mundo dice la Palabra
del Señor y Cristo ha resucitado, gloria a Dios. Damos honra al Señor.
Ahí en tu mente visualiza un Cristo de poder que está al
lado tuyo, detrás de ti, delante de ti, encima de ti, fundamentándote mientras
tú caminas. Su Palabra te rodea, Su Gloria está contigo.
Vive el proceso y desarrolla el proceso de Dios. Te espera
algo maravilloso, una aventura, Dios te llama a una aventura, la aventura de
todo lo resucitado del mundo. Bajemos nuestras cabezas un momento, vamos a
meditar un momento en eso. Yo vivo el poder de la resurrección, el poder ya es
mío.
Yo lo voy a vivir por fe no por visión, no por obras y yo sé
que Cristo va delante de mí. Y yo sé que aunque no tenga las calificaciones
según los hombres, según mi mente Dios me ha dicho que yo no soy basura sino
que yo soy como la niña de Sus ojos, Él me ha escogido a mí y me ha hecho a mí
algo especial, y yo voy a vivir eso.
No me importa lo que tú hayas pasado. Escúchame, si has
pasado cosas terribles mejor se puede manifestar el poder de Dios en tu vida.
Yo no sé cómo lo va a hacer Él ¿eh? simplemente rehúsa declararte un derrotado,
rehúsa declarar que el diablo te ha vencido y abraza a la gloriosa visión que
Dios tiene para ti.
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