El
bautismo de Jesús
Vida
Pública de Jesús. Jesús ha llegado al Jordán para ser bautizado por Juan.
Jesús avanza decidido entre el grupo de
peregrinos que viene de Galilea; se coloca ante Juan que lo reconoce, y
comienza un breve diálogo. Jesús ha llegado al Jordán para ser bautizado por
Juan. Pero éste se resiste diciendo: "Soy yo quien necesita ser bautizado
por ti, ¿cómo vienes tú a mí?"
Cumplir con la justicia
El bautista dirá más tarde que no le
conocía. No le conocía como Mesías y portador del bautismo de fuego y del
Espíritu Santo, pero le conoce como pariente, al menos de oídas, por las
palabras de su madre Isabel y de su padre Zacarías. Sabe que Jesús es justo,
que no hay pecado en Él, que reza, que ama a Dios, que ama a su padres. Quizá
sabe más cosas, pero no lo sabe todo, pues el silencio de la vida oculta se
extiende tanto a los cercanos en los lazos de sangre, como en los espirituales.
Respondiendo Jesús le dijo: "Déjame ahora; así es como debemos nosotros
cumplir toda justicia. Entonces Juan se lo permitió". (Mt).
Y cumple Jesús toda justicia. Desciende a
las aguas ante Juan. En aquellos momentos el inocente de todo pecado asume
todos los pecados de los hombres. Los miles de millones de pecados de los
hombres caen sobre sus espaldas, y los asume haciéndose pecado, como si fuesen
suyos, sin serlo. Esta decisión libre le costará sangre y sudor, amor difícil,
amor total que llegará a estar crucificado, hasta dar la vida por todos.
¿Qué sucede cuando se sumerge Jesús
Cuando Jesús entra en las aguas y Juan
baña su cabeza, son sumergidos todos los pecados de los hombres. Las aguas
limpian el cuerpo, y por eso son tomadas como símbolo de la limpieza de las
almas que se arrepienten ante Dios de sus pecados. Más no pueden hacer. Pero al
sumergirse Jesús en las aguas, las santifica, les da una fuerza nueva. Más
adelante, el bautismo lavará con las aguas los pecados hasta la raíz, y dará la
nueva vida que Cristo conquistará en su resurrección. Serán, efectivamente,
aguas vivas que saltan hasta la vida eterna.
Dios se manifiesta
Al salir Jesús del agua sucede el gran
acontecimiento: Dios se manifiesta. "Inmediatamente después de ser
bautizado, Jesús salió del agua; y he aquí que se le abrieron los Cielos, y vio
al Espíritu de Dios que descendía en forma de paloma y venía sobre él. Y una
voz del Cielo que decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien me he
complacido"(Mt).
La voz es la del Padre, eterno Amante, el
que engendra al Hijo en un acto de amor eterno, dándole toda su vida. El Hijo
es el Amado, igual al Padre según su divinidad. Es tan Hijo que es
consustancial con el Padre, los dos son uno en unión de amor. El Padre le dio
toda su vida, y el Hijo ama al Padre con ese amor obediente que vemos en Jesús
cuando desciende a las aguas como hombre que se sabe Dios, desde una libertad
humana con la que se entrega por los hombres y ama al Padre. Y el Padre se
complace en ese hombre que le ama con amor total y mira a los demás hombres
saliendo del pecado, y les ama en el Hijo.
El Espíritu
La paloma simboliza el Espíritu. Anunció
la nueva tierra y la paz de Dios a los hombres después del diluvio, que habían
sido castigados por sus pecados. Anuncia el amor a los que quieren vivir de
amor. Anuncia junto a Jesús la nueva Alianza, en que, de nuevo, el Espíritu de
Dios volará sobre las aguas del mundo. Limpiará los corazones con el fuego de
su amor, purificará las intenciones, llenará de Dios a todos los que crean y
esperen, inflamará de amor a los amantes que desean el amor total, tan lejano
al amor propio.
Jesús es ungido por el Espíritu. Jesús es
así el Cristo, el nuevo rey del reino del Padre. Antes los reyes eran ungidos
con aceite, y la gracia de Dios les daba fuerzas. Ahora el Espíritu mismo
invade a Jesús. Podrá actuar con plena libertad en su alma dócil, le impulsará,
le encenderá en fuego divino. Por eso "Jesús lleno del Espíritu Santo,
regresó del Jordán, y fue conducido por el Espíritu al desierto". Comienza
su vida de Ungido por el Espíritu que le lleva a lo más alejado del paraíso, al
desierto, donde se mortifica, reza y sufre la tentación de Satanás.
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