Disturbios en un acto de la Kristallnacht en la Catedral
metropolitana
El acto de conmemoración del 75 aniversario del pogrom alemán
conocido como "Kristallnacht" (La Noche de los Cristales Rotos)
previsto para hoy a las 18.45 en la Catedral de Buenos Aires fue suspendido
durante media hora por disturbios. El presidente de la Delegación de
Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Julio Schlosser, afirmó a la Agencia
Judía de Noticias (AJN) que los agresores “son hordas nazis que no quieren
vivir en un país en paz”.
A penas había comenzado el acto en donde el Papa Francisco
fue arzobispo antes de asumir como Sumo Pontífice cuando un grupo de 40
personas entre jóvenes y adultos empezaron a rezar con intención de interrumpir
la ceremonia que se llevaba a cabo. En una actitud provocativa y a los gritos,
quisieron imponer a la fuerza sus rezos con el fin de interrumpir la conmemoración.
Durante media hora,
pese a que los asistentes les gritaron “nazis”, no cesaron con su actitud.
Luego, con la presencia de la Policía decidieron abandonar la catedral, lo que
permitió a pesar del gran tumulto poder comenzar la ceremonia.
“Venir a un acto de recordación, donde estamos todos
compungidos recordando 6 millones de hermanos, entre ellos un millón de chicos
que fueron asesinados por las hordas nazis, como estos que están acá, indica
que no entienden la comprensión y no quieren vivir en un país en paz”, expresó
el dirigente, y agregó: “Ellos lo que quieren es otra cosa, por lo tanto
debemos excluirlos. Eso no es el reflejo de la sociedad Argentina, pero sí son
hordas asesinas cargadas de odio”.
Por su parte, del rector del Seminario Rabínico
Latinoamericano, rabino Abraham Skorka, en diálogo con AJN expresó: “Esto de
ninguna manera refleja lo que es la sociedad Argentina, esto es un grupo de
personas que trajo una manifestación. La sociedad Argentina en lo referente
específicamente a estos puntos, a la Shoá, al diálogo interreligioso, en su
mayoría sabe mantener estos estandartes bien altos”.
Sin embargo, Skorka resaltó: “Hay un grado de intemperancia,
de falta de diálogo instaurado en otros aspectos en la sociedad Argentina que
inspiraron a esa gente a cometer este error. Lo que queremos clamar es que
estas cosas no ocurran nunca más”.
Luego de los importantes disturbios, una vez que el recinto
retomó su calma, el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Monseñor Mario
Poli, pidió hacer uso de la palabra fuera del protocolo para expresar:
“Queridos hermanos judíos, siéntanse en su casa”, lo que generó un plauso
cerrado por los cientos de asistentes que participaron de la ceremonia.
“Ustedes tienen que sentirse hoy en sus casa, como nosotros
nos sentimos a gusto en una sinagoga, así que bienvenidos. Que haya paz,
shalom. Esta una ceremonia que siempre privilegió, que lo valora y tanto
aprecia el Papa Francisco”, concluyó Poli.
Asimismo, el recién
electo diputado Nacional rabino Sergio Bergman destacó en diálogo con AJN:
“Volvamos a la senda y al camino del entendimiento y la paz. Esto no refleja la
sociedad Argentina, es un acto absolutamente marginal tomado en buena fe en el
ámbito sagrado que ellos mismos profanan”.
La jornada había sido organizada por la Comisión de
Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires y la
Comisión de Diálogo Interconfesional de B´nai B´rith Argentina, y se preveía la
participación de los representantes de la Iglesia Luterana Unida, la Iglesia de
los Discípulos de Cristo, la Iglesia Católica Apostólica Romana, la Iglesia
Dinamarquesa, la Iglesia Evangélica Metodista y las reflexiones estarían a
cargo del arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires y del rector del Seminario
Rabínico Latinoamericano.
En la noche del 9 al
10 de noviembre de 1938, las SA iniciaron un pogrom en todo el territorio del
Tercer Reich, con la profanación de sinagogas y destrucción e incendio de las
instituciones y los comercios pertenecientes a judíos.
Los hechos fueron
incentivados por las máximas autoridades del régimen nazi y se unieron miembros
de la población civil.
Las fuerzas
policiales no intervinieron y los bomberos sólo controlaron que los incendios
no afectaran a las propiedades “arias”. El pogromo causó cerca de 100 víctimas
fatales y una infinidad de judíos fueron apaleados por los atacantes.
Se considera que el
Kristallnacht fue el comienzo de la Shoá (Holocausto) en el que fueron asesinados
6 millones de judíos, entre ellos 1,5 millones de niños.
Luego de los importantes disturbios, una vez que el recinto retomó su calma, el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Monseñor Mario Poli, pidió hacer uso de la palabra fuera del protocolo para expresar: “Queridos hermanos judíos, siéntanse en su casa”, lo que generó un plauso cerrado por los cientos de asistentes que participaron de la ceremonia.
ResponderEliminar“Ustedes tienen que sentirse hoy en sus casa, como nosotros nos sentimos a gusto en una sinagoga, así que bienvenidos. Que haya paz, shalom. Esta una ceremonia que siempre privilegió, que lo valora y tanto aprecia el Papa Francisco”, concluyó Poli.